Cantando en el regazo de El Jefe

lo comentaban ayer en Youtube: cuando el niño crezca y vea cómo lo cogió en brazos el mismísimo Bruce Springsteen, durante un concierto en San Sebastián, el pasado sábado, no se lo podrá creer. El caso es que Iker Santiso Garrido, un niño de solo cuatro años que va al colegio de Paradai, consiguió algo por lo que los miles de espectadores del concierto estarían dispuestos, muchos de ellos, a pagar dinero: subir al escenario a cantar con El Jefe, The Boss, el mítico Bruce Springsteen.

Todo empezó cuando el rockero bajó a una platea, cercana al público y a Iker, que estaba a hombros de su padre, Óscar Santiso. Springsteen se dirigió a sus seguidores, vio al niño todo entusiasmado y le extendió los brazos para que se fuera con él. Ni corto ni perezoso, el niño se fue. El vídeo, colgado en la web de El Progreso y en Youtube, refleja cómo no le hizo falta que El Jefe le insistiera mucho para que Iker se echara a correr rumbo al escenario, dispuesto a sudar la camiseta cantando ‘Waiting on a sunny day’, que el niño se sabía de pe a pa y que tarareó acompañado por la E Street Band.

Springsteen, visto que el pequeño no se cortaba en absoluto y corría cara el escenario, se vio obligado a pillarlo para que no fuera a ocupar su puesto y lo atrapó, después de una pequeña carrerilla. Entonces, lo cogió en brazos y le acercó el micro para que tarareara la canción. El niño fue fotografiado y requetefotografiado por una nube de admiradores de Springsteen, al tiempo que cantaba y levantaba el brazo derecho emulando a su ídolo.

El rockero se quedó sorprendidísimo al ver cómo el pequeño sabía, a la perfección, la letra. Iker estuvo cerca de cinco minutos en el regazo del cantante y, luego, chupó plano en la pantalla gigante, ya entre el público, a hombros de su padre. El Jefe cerró la actuación confesando, en inglés y entre risas, que «hacía mucho tiempo que no había corrido tan rápido detrás de un niño pequeño».

Su padre, que no pudo reprimir las lágrimas, cuando lo vio con su ídolo, también vive un sueño. «Eu sempre fun un fanático de Bruce Springsteen e é raro o día que non poña un vídeo del. El imítao, escóitao e canta as súas cancións. Eso desde que naceu e antes de nacer porque estaba miña muller embarazada del e iba aos concertos de Bruce Springsteen», explica Óscar Santiso, que participó también en la edición del libro ‘El fenómeno Springsteen’ y que regenta la cervecería Conde, en Lamas de Prado.

El padre resumía con estas palabras el estado de ánimo del niño, tras esta experiencia: «Está moi contento, felicísimo». El niño decía, a última hora de la tarde de ayer, ya cansado de entrevistas en periódicos vascos -donde fue portada- y en algunas televisiones, que él se empeñaba en subir al escenario «porque, simplemente, quería tocar la guitarra». Iker tiene ya una guitarra en casa e insistió en que su pasión es aprender a tocar este instrumento.

A la pregunta de si le pareció grande Bruce Springsteen, Iker contesta: «Sí, muy grande. Y ¿por qué los árboles son tan altos?», replica, con otra pregunta, ajeno a todo el rebumbio creado a su alrededor con este gesto de El Jefe.

El chaval volvió a los hombros de su padre contando que Bruce se había acercado a él para darle un beso. Sin embargo, los padres no están tan seguros de que, finalmente, haya sucedido así, tal cual dice el pequeño.

«Nosotros vemos en el vídeo que se acerca a él, como diciéndole algo al oído, pero no nos parece que le hubiese dado un beso, como dice el niño», comenta su madre.

Ahora, Iker cogerá aún con más ilusión la guitarra y seguirá diciendo que «la guitarra es la mejor», refiriéndose a los distintos instrumentos. Con la guitarra en la mano, Iker seguirá emulando a su mito y al de sus padres, con sus vaqueros, su flequillo y el desparpajo con el que subió al escenario y con el que hizo historia.