Berto Romero: ''No soy actor, soy cómico; mi personaje soy yo mismo, pero más gracioso y simpático''

Berto Romero (AEP)
photo_camera Berto Romero (AEP)

Pese a que parece improvisar en el escenario, Berto Romero siempre ata los cabos sueltos y no deja nada al azar. Puede que, por eso, le desagraden las entrevistas.

PREGUNTA: Sé que no le gustan las entrevistas, ni hacerlas ni que se las hagan, y no sé por dónde empezar esta.

RESPUESTA: No me gustaba hacer entrevistas cuando sustituí a Andreu Buenafuente, hace año y medio; pero era por falta de costumbre. Tampoco es que no me guste que me entrevisten, es que tengo la sensación de que no voy a decir nada interesante.

P: Yo tengo la sensación contraria y más nos vale porque tenemos una página por delante. Ya que ha mencionado a Buenafuente, podemos empezar por él. En Estados Unidos los ‘late-night’ se mantienen todo el año, en España descansan cuando lo hace la estrella.

R: El ‘late’ es un invento norteamericano, ellos lo tienen mucho más desarrollado, y Andreu se basa mucho en ellos. Llegado el momento, él consideró que yo estaba preparado para sustituirlo.

P: Hubo un gran revuelo, tanto porque cediese la conducción como porque lo hiciese con alguien tan joven como usted.

R: Si, él demostró generosidad y valentía, y yo, inconsciencia.

P: Como atenuante podría usted alegar que le hizo la propuesta después de haberle invitado a comer y beber.

R: Sí, es lo que hay que hacer. Dar de comer y beber al otro para que baje la guardia.

P: La costumbre en Cataluña es negociar y luego celebrarlo con una comida.

R: Sí, es cierto. En Madrid negocian mientras comen, pero nosotros cogemos lo mejor de cada sitio. Buenafuente fue valiente para cederme la conducción. Tiene el valor de ser generoso y no se siente apartado por el talento de los demás. Hay artistas que no dan alas a sus colaboradores porque temen que les vayan a quitar el sitio, pero Andreu deja que te crezcas. Eso es bueno para todos, por eso Buenafuente siempre está ahí y sus colaboradores pasan.

P: Tiene fama de dejar hacer.

R: Sí, es un buen jefe porque te encauza. No impone nada, te da consejos para que potencies lo mejor y minimices tus defectos.

P: Confiésenos el consejo más importante que le haya dado.

R: El más importante es que me divierta, que nuestro trabajo consiste en divertirnos para divertir a los demás. Es algo que nunca te dicen. Nosotros trabajamos a la vista de todos y tiene que notarse que nos estamos divirtiendo.

P: ¿Las gafas sin cristales se las dio Buenafuente para construirle el personaje o las traía de casa?

R: Las llevaba de casa. Yo entré en la televisión de rebote, como en el resto de las cosas. Un día estábamos en el pueblo aburridos y decidimos hacer teatro para entretener a nuestros amigos. Las gafas son muy baratas. Un amigo me dijo que me las pusiese y me las puse. No las necesito, pero me ayudan a hacer el personaje, es una especie de tono vital.

P: ¿Que porcentaje ocupa el personaje cuando sale a escena?

R: Yo no soy actor, soy un cómico que hace monólogos, por lo que el personaje soy yo mismo, pero más gracioso y simpático. Yo cantaba antes, por lo que construí un personaje dentro de ser Berto. Las gafas eran un problema porque, con ellas, entraba en el perfil de Andreu porque me parecía a él, nos dimos cuenta de que iba a ser difícil que me diferenciase. Lo que hicimos fue jugarlo en positivo y nos inventamos lo del sobrino al que Andreu tiene enchufado en el programa.

P: Ahora que tiene más tablas, ¿no ha pensado en prescindir de las gafas?

R: Ni me lo planteo porque me dan seguridad.

P: Las veremos en Lugo, entonces. Estuve leyendo la nota de prensa sobre su espectáculo y no conseguí hacerme una idea. ¿A qué se debe ? ¿A que improvisan?

R: No, en absoluto, se debe a que no queremos contar más de lo necesario. Es un monólogo de humor en el que repaso mi trayectoria vital desde que era un niño antes de empezar a trabajar y a conocer mujeres. Tiene canciones, hay experiencias personales que luego están trabajadas. Llevamos nueve años con este espectáculo y no ha cambiado mucho porque la gente lo que quiere ver es la forma de hacer de un humorista.

P: Está claro que no es de improvisar. Me ha estructurado la entrevista cerrando todos los temas.

R: Sí, no me gusta dejar las cosas a medias. Tengo una mente muy estructurada.

P: ¿Cómo se explica que con lo mal que caen los catalanes, la gente se ría con ellos? Pienso en los ‘late-night’ de más éxito: Pepe Navarro, Sardà, Buenafuente,...

R: No estoy de acuerdo en que los catalanes caigamos mal.

P: Los medios de Madrid no muestran entusiasmo por Cataluña...

R: Las etiquetas me molestan, no creo que se pueda generalizar.

P: Tienen ustedes un humor particular, muy escatológico, pero que llega a mucha gente.

R: Supongo que porque es básico e irónico. De todos modos, ahora está todo mucho más difuminado. Me hablaba antes de Navarro y Buenafuente, que no se parecenen en nada.

P: ¿El público gallego tiene peculiaridades?

R: Suelo tener buenas experiencias con el público gallego, que es respetuoso e inteligente y suele acompañarme. Siempre que voy, vuelvo enfermo porque soy de comer poco, pero hay cosas tan ricas, que me paso.

P: Vendrá usted a Lugo con la misma compañía con la que empezó a los 19 años, El Cansancio.

R: Sí, es como una familia. Empezamos juntos, en el pueblo. Hubo gente que vino y gente que se fue, pero en el fondo, si llevamos tanto tiempo, es porque hay una amistad. Es lo que me pasa con El Terrat, que, más que una productora, son unos tipos con los que me llevo muy bien.

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