Bacanal sin esclavos ni barrenderos

UN ESPECTÁCULO. Gladiadores italianos califican Arde Lucus como el festival romano «con más participación», donde conviven patricios, legionarios y castrexos

«En Lucus Augusti no hay esclavos, ni chorizos», proclamó el propietario de un tabernarium en Campo Castelo, que como todo el centro de la ciudad estaba abarrotado de patricios, legionarios y castrexos. La segunda aseveración es una cuestión que atañe aclarar a pretores y jurisconsultos, pero la abolición de la esclavitud es un hecho en el Arde Lucus, esa gran bacanal que sirve para rubricar la paz entre romanos y castrexos. Ese espíritu de convivencia, sin vencedores ni vencidos, tiene su principal expresión en el castra de Lucus Augusti, situado en el carril dos Fornos,ocupado por tres campamentos castrexos, dos romano castrexos y uno romano. «Organizamos xogos e obradoiros ao longo do día», explicó el castrexo José Antonio Lombao, de Lugnudu. Allí se mostraba al artesanía del lino, del hierro y del barro o se enseñaba a montar a caballo en el recinto de Equites.

El aspecto lúdico se dio la mano con la recreación cultural «en el festival romano con mayor participación popular», según explicó Darío Bataglia, Darius, el portavoz de los gladiadores de Ars Dimicandi, un colectivo que participó por segundo año consecutivo en Arde Lucus. Este grupo italiano, con más de 200 recreaciones históricas a sus espaldas, destaca

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