Javier desliza el cursor a toda velocidad, concentrado en hallar en la inmensidad de la red un video del cual se siente orgulloso: un montaje de imágenes, aderezado con música de Coldplay -«mi grupo favorito»-, que recoge la exposición que le dedicaron sus compañeros del instituto Leiras Pulpeiro, donde asiste a clase.
Javier es un chaval con autismo o, según denominación oficial, Trastorno del Espectro Autista (TEA). Una alteración en el desarrollo del sistema nervioso de origen impreciso y múltiples manifestaciones que afecta a las áreas social, comunicativa y cognitiva del individuo. A pesar de que se encuentra presente en 1 de cada 150 niños en edad escolar y más tarde prevalece en 25 de cada 10.000 adultos, el autismo no posee todavía la suficiente perceptibilidad a nivel social, según reivindican entidades como Capaces Lugo y Asociación Raiolas, que celebran hoy el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo.
«La conciencia de los lucenses es cada vez mayor», defiende no obstante Naún Reija, Presidente de la pionera Asociación Raiolas. «La visibilidad del autismo ha aumentado en los últimos trece años, cuando antes ni siquiera había organizaciones dedicadas a su atención», opina. «La integración de los niños en colegios corrientes es un hecho ya frecuente».
Conciencia y solidaridad
El azul, color conmemorativo del Día de Concienciación, protagonizó ayer la apertura de las jornadas iluminando la muralla y la catedral, a iniciativa de Raiolas. También vestirá Lugo durante las actividades previstas para hoy y los próximos días.
