Atropellos a la orden del día

Llevo mucho tiempo convencida de que en Lugo, como seguramente en muchas otras ciudades, los pasos de peatones y los semáforos son para muchos peatones y conductores un simple adorno urbano. La idea puede sonar cruel, sobre todo en días como el de ayer, en el que un joven de veinte años, un extranjero residente en Lugo, resultó herido grave en un atropello en la Avenida da Coruña que dejó conmocionados a quienes lo presenciaron. «El herido dio dos volteretas por el aire antes de caer», contaba algún testigo. Una pena. Pero también me da pena el conductor, porque no es una broma llevarse a alguien por delante y debe ser peor aún cuando ese peatón que dejas tirado en la calzada te ha salido de no se sabe dónde, fuera de un paso de peatones.

Según los informes de la Policía Local, eso fue lo que ocurrió ayer. La víctima, S.G.V. salió a la calzada por un lugar no autorizada y acabó siendo golpeado fuertemente en la cabeza y en una pierna, por el vehículo que conducía J.A.R, el automóvil con placas LU-2416-K.

El herido acabó en el Hula y el conductor, supongo, a tilas. El drama de ambos es solo una nueva constatación de que algo sigue fallando en la educación vial, por más campañas que se hagan.

Claro que puede ser que los atropellos causen un especial impacto en la conciencia colectiva, porque también hay muchos heridos en otro tipo de accidentes.

Sin ir más lejos, ayer mismo hubo otro herido en O Ceao, en la Rúa da Industria, donde colisionaron un turismo y una moto.

Seguramente, las heridas en peatones y motoristas causan especial impacto por esa vulnerabilidad que ofrece un cuerpo ante un vehículo mucho más pesado.

Un accidente de coche no es una broma, pero el vehículo siempre da un plus de seguridad, como el que debieron sentir ayer los implicados en un accidente con cuatro coches implicados a la entrada de O Ceao.

Comentarios