La gasolinera Petronor, en A Campiña, fue atracada por segunda vez en un mes por un encapuchado. Los hechos ocurrieron el pasado miércoles, en torno a las nueve y media de la noche, en un momento en el que el empleado de la estación de servicio se quedó solo.
El atracador, que era un hombre y al que solo se le veían los ojos, como en la ocasión anterior, se dirigió al trabajador amenazándolo con un cuchillo, que esgrimió hacia él. El asaltante se llevó la recaudación de la caja registradora y huyó, en un principio, a pie.
Momentos antes de que hubiera ocurrido el atraco, habían ido a repostar tres clientes a la gasolinera. Algunos testigos manifestaron también que el encapuchado había cogido, después de estos hechos, un coche azul que estaba aparcado detrás de la gasolinera y desde el que también pudo haber estado vigilando que la estación de servicio se quedase vacía para poder llevar a cabo su acción.
El empleado que se encontraba en la gasolinera en el momento de estos hechos no sufrió ningún tipo de lesiones, aunque el atraco le produjo una crisis nerviosa de la que se está recuperando.
La Policía comenzó a investigar estos hechos, después de haber sido alertada, por el propio trabajador, que llamó al 091.
En un principio, no se descarta que el autor de estos dos atracos sea la misma persona ya que hay varios datos que coinciden en uno y otro suceso: la hora en la que se produjeron (a las nueve y media de la noche), el aspecto físico del atracador (un hombre encapuchado de similar manera). En ambos casos, el asalto se ha dado hacia final de mes. El primer caso fue el pasado 22 de diciembre y este último, el 25.
Este segundo asalto en tan poco tiempo está poniendo en alerta tanto a los trabajadores de la gasolinera como a los vecinos de las casas cercanas y a otros negocios próximos, de forma que demandan una mayor protección y vigilancia policial para evitar que se vuelvan a repetir este tipo de sucesos, que crean una gran sensación de inseguridad.
Hace un mes
En el primer atraco, la víctima fue una trabajadora de la gasolinera que, en ese momento, se encontraba dentro de la tienda, detrás del mostrador. El asaltante entró en la tienda y, sin esgrimir ningún tipo de armas, le dijo: «Dame la ‘pasta’».
La trabajadora, en un principio, se lo tomó a broma y se negó a darle el dinero. Sin embargo, él se dirigió a ella, tras el mostrador, y le arrebató el bolso de bandolera, donde llevaba la recaudación que no llegaba a los 600 euros.
Como consecuencia de esta maniobra, la empleada sufrió varias contusiones en el cuello, derivadas del tirón que le propició el citado individuo, que se dio a la fuga.
Esta gasolinera cuenta con cámaras de vídeo que graban lo que pasa en el establecimiento, según se advierte en varios carteles en la tienda. Es previsible, por tanto, que hayan sido captadas imágenes de ambos atracos.
La última vez que se produjo un suceso similar en esta gasolinera ocurrió hace una decena de años. En ese caso, la víctima había sido un trabajador a punto de coger la jubilación.
