''Aterrada ante el recorte de becas''

Se llama Marta García Flores, tiene 21 años, es de Gandía (Valencia), estudia tercero en la Facultad de Veterinaria de Lugo y este fin de semana su historia ha dado la vuelta al país gracias a internet y las redes sociales. La grave situación económica que vive su familia y el recorte de becas anunciado por el Ministerio de Educación pondrán punto final a su carrera este curso, asegura. Marta ha escrito su historia en el blog del lector del periódico digital 20minutos.es y en unas pocas horas llegó a Menéame, un sitio web que muestra las historias más movidas en internet.

Cuenta que quiere ser veterinaria desde los seis años y que, con un 8 en selectividad que le permitía acceder a varias universidades españolas, eligió la facultad de Veterinaria de Lugo, a mil kilómetros de su casa, porque es una ciudad muy barara para vivir. Dice ser «una estudiante de notables y alguna matrícula de honor» y explica que entre alquiler, facturas y comida gasta unos 350 euros al mes, que hasta ahora podía afrontar gracias a una beca del Ministerio de Educación de 6.000 euros. «Siempre me sobraba algo, como este curso, que me han sobrado 2.000 euros para ir tirando hasta enero (mínimo), que es cuando empiezan a conceder las becas del curso siguiente», cuenta.

Estudia con beca porque su padre, tras 42 años cotizados como obrero, lleva cinco sin un trabajo fijo y su madre, administradora en una empresa de joven, tiene ahora una invalidez del 44%. Pese a sus situaciones, ninguno recibe ningún tipo de ayuda pública, asegura la hija, por lo que viven de sus planes de pensiones, «casi exhaustos». En su casa no entra un euro y a la familia le queda unos 3.000 euros por pagar de un préstamo que el padre, en un breve periodo como autónomo, pidió para abonar las nóminas de los obreros porque la persona que le contrató a él para hacer unos chalés no le pagó, cuenta la estudiante.

«Sé que no voy a terminar la carrera, porque van a reducir las becas para gente como yo a 3.000 euros, y no me salen las cuentas», afirma Marta, «aterrada» no solo por eso, sino porque se ve en la calle, sin experiencia laboral, sin dinero, sin haber terminado la carrera y con el terror a que sus padres, y ella, pierdan su casa.

Marta está convencida de que a ella ya no le salva nadie de tener que dejar la carrera este año, a dos cursos de terminarla, pero hace pública su historia y la de su familia con la esperanza de agitar conciencias. «La gente necesita abrir los ojos, nos están robando. Si el dinero ya no está en las ayudas del paro, ni en los jubilados, ni en la sanidad, ni en la educación... ¿dónde está? No soy economista, pero no hay que ser muy listo para darse cuenta de que se lo están quedando. Y es hora de que hagamos algo», finaliza. Ella ya lo ha hecho. Y la red le ha respondido.

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