Ases de los números

Iago Montero —del IES Terra Chá, de Castro de Rei—, y Alicia Seijas —de los Franciscanos de Lugo— son verdaderos talentos matemáticos, hasta el punto de que los números son también un pasatiempo para el fin de semana. Fueron los dos primeros lucenses que participaron en el programa de estímulo del talento matemático Estalmat-Galicia, que se desarrolla en la facultad de Matemáticas de la Universidade de Santiago, adonde, durante dos años, se desplazaron tres de cada cuatro sábados al mes para conocer "las mates que no se dan en clase", explica Alicia. Ahora, acabada esta fase, continúan en su versión 'senior'.

El programa Estalmat sólo comprende dos años, por eso se ha creado Estalmat Pi, que se prolongará otros dos más "para que os alumnos non perdan o contacto e a afección polas matemáticas", indica la organización. Lugo será la sede de las actividades de estos matemáticos 'sénior', con el patrocinio de la Diputación de Lugo. Habrá tres citas anuales, la primera de ellas este fin de semana, en el observatorio astronómico de Santa Cruz, en Ribadeo, puesto que el tema del encuentro serán las matemáticas y la astronomía.

Encuentros
Iago y Alicia participaron en Estalmat-Galicia en 2007 —desde entonces hubo dos programas que también tienen presencia lucense— y están encantados con la iniciativa, que les permitió encontrarse "con otra gente con los mismos intereses", dice Alicia, para quien las matemáticas han sido un paseo desde el principio, igual que para Iago.

Alicia reconoce que sus compañeros "ya se han acostumbrado a mí", es decir, a que entienda las cosas a la primera, o a que logre, sin estudiar, notas que otros ni rozan tras horas de hincar el codo. Algo que, a pesar de que se lleva la mejor parte, le parece "injusto". 

Las notas medias de Iago y Alicia en este campo suben del 9; ambos tienen preferencia por las asignaturas de ciencias y sienten mayor recelo hacia las lenguas —especialmente Lengua Española y Lingua Galega— y ninguno sabe por dónde encauzarán su vida profesional. Alicia en algún momento pensó en Biología o Medicina, pero ahora ha decidido que tiene "tres años para pensarlo" y que dependerá de las notas de selectividad, dice con una precaución que parece excesiva vista su trayectoria. Iago, sencillamente, no sabe aún, confiesa con timidez

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