Arte que recobra vida

Los primos José Manuel Teijeiro y José Rozas. Foto: MIGUEL VÁZQUEZ
photo_camera Los primos José Manuel Teijeiro y José Rozas. Foto: MIGUEL VÁZQUEZ

Después de más de dos décadas, la iglesia de San Xoán do Alto volverá a contar con uno de sus dos retablos menores, desmontado en 1993 durante una reforma integral del templo y caído en el abandono desde entonces. Esta recuperación del patrimonio no se debe a una iniciativa oficial, ni a ninguna institución filantrópica, sino a la inquietud de José Rozas , vecino del lugar. Aparentemente, la única persona a quien indignaba el olvido de la pieza

«El retablo llevaba veintiún años desmantelado», explica Rozas. «Sin mí estaría podrido, no existiría». Más que para atribuirse méritos, con esta afirmación Rozas pretende subrayar la falta de apoyos que tanto él como su primo, José Manuel Teijeiro , residente en Pol, experimentaron a lo largo de un proceso de restauración totalmente artesano y altruista. Pero Rozas no es de los que se amedrentan ante los desafíos. De hecho, se planteó tan laboriosa tarea como un auténtico reto contra la enfermedad que apresa su cuerpo: la esclerosis múltiple.

Rozas pensaba compartir el proyecto con sus compañeros de la Asociación Lucense de Esclerosis Múltiple hace dos años. Sin embargo, asegura, la falta de implicación de la directiva y los asociados frustró el trabajo en comunidad. Un desinterés que halló también entre los vecinos de la parroquia. Rozas tampoco trató de encontrar ayuda en organismos oficiales. Devolver el esplendor al retablo se convirtió en algo personal.

El implacable avance de la esclerosis pasó a ser su principal contrincante. «He perdido movilidad en las manos y capacidad de concentración y tengo algún problema de memoria», describe con templanza. Es aquí donde su primo José Manuel Teijeiro ejercería como bastón de apoyo. Aunque profesional del retrato, la talla y la restauración, Teijeiro no posee formación específica en este campo, al igual que Rozas, en su día ganadero, agricultor y chófer. La investigación privada de los procedimientos artísticos de la época -el retablo está datado en el siglo XVIII-, fundamentó el proceso de trabajo.

Una vez rematados los últimos detalles, el próximo día 16 Rozas y Teijeiro procederán a montar el retablo en el espacio que le corresponde en la iglesia de San Xoán do Alto. La misa del domingo será su reestreno público. Lo que supondrá, sin lugar a dudas, la culminación de una nueva meta vencida.

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