Antiinflamatorios y ansiolíticos escasearon en el estreno del catálogo

Falta de medicamentos, sobre todo ansiolíticos y antiinflamatorios. Ese fue el panorama que se encontraron ayer los pacientes al acudir a buscar las recetas médicas. La razón: las boticas y las distribuidoras farmacéuticas alegan no tener suficientes remesas de fármacos genéricos en el primer día de entrada en vigor del llamado catálogo de medicamentos.

Este catálogo, rechazado por las farmacéuticas y aprobado por el Consello de la Xunta el 30 de diciembre, empezó a aplicarse ayer, de forma exclusiva, tras un periodo de connivencia con el sistema anterior que duró desde el día 2.

«Hay desabastecimiento en muchos fármacos, pero quizá esta situación incida más en los ansiolíticos y los antiinflamatorios con ibuprofeno», comentaba una empleada de la farmacia Forján. «Es imposible tener todos los medicamentos del catálogo. Lo que solemos hacer, en estos casos, es dar otra marca al mismo precio».

Sin embargo, aun así, hay sustancias como el lorazepam, que está presente, por ejemplo, en el Orfidal, que no son sustituibles por ningún genérico en existencias. Entonces, muchas veces hay que esperar hasta que el fabricante envíe los medicamentos», señalan en esta farmacia. Con el nuevo sistema, la farmacia tiene que entregar el genérico de precio más bajo que contenga el principio activo prescrito por el médico.

«Muchas veces, los pacientes optan por volver al médico de cabecera, a que les recete otro fármaco sustitutorio porque el que le habían dado no lo tienen en la farmacia», afirman en la farmacia.

La secretaria técnica del Colegio de Farmacéuticos, Guadalupe Penzol, aseguró, en cambio, que «no hay grandes problemas de desabastecimiento», aunque reconoció que sí hay ciertos fármacos en los que es complicado cumplir con el catálogo. «Pero se intenta, dentro de lo posible», apostilla.

En todo caso, el proceso está resultando «muy laborioso», dice esta farmacéutica. «Antes, las sustituciones de los medicamentos se hacían desde la farmacia como una medida excepcional. Ahora, las prescripciones no se ajustan muchas veces a los medicamentos que vienen en el catálogo y hay que sustituirlos. Esto provoca que, en determinados fármacos, no haya existencias suficientes y haya que pedirlos a almacenes. A veces vienen enseguida y otras veces, tardan días», indicó.

Penzol reconoció que el catálogo «da bastante juego, porque es amplio». Sin embargo, afirma que, en el caso de los ansiolíticos, «tenemos menos medicamentos que sean sustituibles por genéricos exactos y lo mismo pasa con los que llevan ibuprofeno».

Debate político

El sistema siguió, ayer, en el centro del debate político y la ministra de Sanidad, Leire Pajín, aseguró, en el Senado, que pidió informes a los servicios jurídicos del Estado por si el catálogo gallego de medicamentos invade competencias «y, si es así, el Gobierno tendrá que actuar». Pajín respondió de este modo a una pregunta planteada por el senador del BNG Pérez Bouza. Según la ministra, tener un «catálogo diferente» en cada comunidad «puede caer en la falta de equidad».

Pérez Bouza anunció que el BNG presentará una modificación de la ley para que el nomenclátor incluya todos los principios activos.

DISTRIBUIDORAS
Un stock que inquieta a las firmas

Actualmente, hay 70.000 unidades de productos que quedan fuera de catálogo en una de las principales distribuidoras lucenses. Mientras se registra ese stock, hay problemas para conseguir los genéricos.

Está siendo difícil encontrar una salida para estos stocks de medicamentos. «La mitad de los laboratorios con los que trabajamos ni tan siquiera nos contestaron y quizás esperen un mes para hacerlo, dado que el 16 de febrero bajarán los precios de los medicamentos y, así, en caso de reintegrar el coste de los mismos, les saldrá más barato, con lo que las distribuidoras perderemos más dinero», afirman en esa firma.

Caos

Los stocks todavía serán mayores en los próximos días, cuando comiencen a devolverse los medicamentos de las farmacias. «No sabemos si será mejor devolverlos o sustituirlos por otros genéricos nuevos. A nivel logístico, todo esto es un caos. Y a nivel económico, todavía no hicimos una valoración, pero también puede llegar a serlo, puede haber grandes pérdidas, sobre todo si no responden los laboratorios», manifestaban ayer desde una distribuidora.

El catálogo farmacéutico aprobado por la Xunta y consensuado en el Parlamento por PP y BNG busca recortar el gasto farmacéutico en momento de fuerte crisis, sin, según Sanidade, recortar derechos.

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