Adif pagó 160.000 euros por el proyecto parado de la intermodal

Blanco y Varela, este viernes en la sede socialista en Lugo. Foto: SEBAS SENANDE
photo_camera Blanco y Varela, este viernes en la sede socialista en Lugo. Foto: SEBAS SENANDE

El contrato para la redacción del proyecto de la intermodal de la capital lucense, que agruparía en una misma estación las líneas de tren y de autobús, le supuso al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) un desembolso de 160.780,90 euros.

Esa es la cantidad que esta entidad, que depende del Ministerio de Fomento, le abonó a la Ute adjudicataria por los trabajos que realizó hasta la suspensión del contrato, cuyo importe total ascendía a 740.220,48 euros.

Sobre la polémica desatada por la anulación de este contrato, la ministra de Fomento, Ana Pastor, aseguró ayer en Santiago de Compostela que «Lugo tendrá la estación intermodal que se merece, en el tiempo y forma que los requerimientos técnicos y la economía lo permitan».

La suspensión fue firmada el día de San Froilán

Se da la casualidad de que la controvertida suspensión que se acordó hace 16 meses, aunque no trascendió hasta esta semana, se firmó el 5 de octubre de 2012, el día del patrón de Lugo, San Froilán. Los socialistas José Blanco y Ricardo Varela facilitaron a los medios de comunicación una copia de ese acuerdo, durante la rueda de prensa que ofrecieron ayer en la sede lucense del PSdeG-PSOE.

Los gobiernos local y provincial expresan su rechazo a la suspensión

La suspensión por parte de Adif del contrato para la redacción del proyecto de la estación intermodal de Lugo abrió ayer la caja de los truenos en la capital lucense. Los equipos de gobierno de la Diputación y del Concello expresaron su rechazo a esta decisión.

Dos caducas estaciones para llegar a Lugo
Mientras la ansiada intermodal se aleja, la terminal ferroviaria se deteriora, invadida por la maleza y con varias naves abandonadas en las que los tejados amenazan con caerse, y la de autobuses precisa un lavado de cara para dar una imagen más moderna de la ciudad

Es un apeadero fantasma durante ocho horas. Entre las once de la mañana y las siete de la tarde es como si las agujas del reloj se parasen. La estación del tren de Lugo hiberna. La actividad se reduce a la atención de los contados pasajeros que acuden a taquilla a sacar billetes y a la de los clientes que pasan por la cantina.

En esas horas centrales del día los andenes están desérticos. Solo hay una decena de carritos de monedas para maletas a disposición de los viajeros, prueba de su escasa demanda. Ayer había 18 vagones contenedores para mercancías a la espera de que una locomotora les diese marcha.

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