José Manuel García Adán, principal imputado en la operación Carioca, sigue completando su periplo judicial, todavía encarcelado y pendiente de acusación en el caso que se investiga en el juzgado de instrucción número 1. En el último de los asuntos por los que ha sido juzgado, ha sido absuelto de la acusación de haber lesionado a un cliente del Queens, uno de los burdeles que regentaba, que había discutido con una de las prostitutas porque ésta se había negado a hacerle «una cosa».
La vista oral se celebró en noviembre pasado en el juzgado de lo penal número 1 de Lugo. El fiscal lo acusaba un delito de lesiones con la agravante de reincidencia, por lo que solicitaba dos años y medio de prisión para el proxeneta.
La acusación partía de la denuncia presentada por un cliente del burdel, que en la madrugada de noviembre de 2008 fue agredido después de que intentase reclamar porque una de las chicas no quiso cumplir con el servicio contratado, según declaró. En ese momento, según dijo, fue agredido por García Adán, de quien habría recibido puñetazos y golpes con una palo. Le tuvieron que dar puntos en el labio superior.
Sin embargo, sus declaraciones posteriores estuvieron llenas de contradicciones, ya que luego afirmó que fueron varios los que le agredieron, en compañía del dueño de Queens. Por último, en el juicio oral, dio otra versión: fueron otros conocidos suyos que estaban en el burdel los que le dijeron que entre los agresores estaba García Adán.
También declaró que tenía miedo y que después de poner la denuncia alguien le llamó para que no declarase, aunque no sabe quién.
La jueza Ana Rosa Pérez Quintana considera en su fallo que «las contradicciones del testigo son de una importancia superior como para entender que se trata de meras reticencias o retractaciones debidas al temor». Al ser el testimonio de la víctima la principal y prácticamente única prueba presentada por la acusación, la magistrada absuelve a García Adán aplicando el principio in dubio pro reo.
