¿Qué es el retraso simple del lenguaje?

Se trata de un desfase entre la verbalización del niño y su edad real; son niños y niñas que presentan un desfase significativo en la aparición y el desarrollo de la expresión

SI SU HIJO ya tiene 2 años y apenas habla, dice unas pocas palabras pero en comparación con otros niños de su edad son muy pocas, con la esperanza de que su hijo evolucione en su lenguaje más adelante, usted pospone la búsqueda de ayuda profesional.

Esta situación es bastante habitual entre los padres de niños en quienes el habla se desarrolla más despacio de lo habitual; a menos que también observen retrasos en otras áreas del desarrollo inicial del niño, los padres pueden dudar sobre si deberían o no buscar ayuda profesional. Algunos justifican el retraso del habla de sus hijos diciéndose a sí mismos que «ya hablará cuando le llegue su tiempo».

Conocer qué es «normal» y qué no lo es en el desarrollo del habla y del lenguaje puede ayudar a los padres

Conocer qué es «normal» y qué no lo es en el desarrollo del habla y del lenguaje puede ayudarle a saber si usted debería preocuparse o si su hijo está evolucionando según lo esperado en ambos ámbitos.

El retraso del lenguaje es un desfase entre el lenguaje del niño y su edad real, son niños y niñas que presentan un desfase significativo en la aparición (comienzo tardío) y en el desarrollo de la expresión (evolución lenta) que no puede ser explicado por un retraso mental, que tampoco se debe a un trastorno generalizado del desarrollo, ni a déficit auditivo, o trastornos neurológicos.

Son capaces de pronunciar sonidos aislados y grupos de sonidos, pero a la hora de su ordenación y diferenciación dentro de las palabras presentan dificultades. La comprensión es prácticamente normal para su edad y la actividad no lingüística se encuentra también dentro de la normalidad. Dependiendo de los componentes que estén afectados será un retraso del lenguaje leve, moderado o grave. Así mismo, es aconsejable comenzar tratamiento lo antes posible, tanto de forma directa con el niño como dando pautas a sus padres.

¿Cómo se manifiesta?

El lenguaje se va adquiriendo más tarde de lo normal, aunque sigue su orden habitual. Por ejemplo, las primeras palabras aparecen a los dos años, en lugar de al año, la unión de dos palabras («mamá casa») aparece después a los tres años, cuando lo habitual es a los 18 meses.

Es aconsejable que vaya a la guardería. En casa se debe fomentar el diálogo, mantener conversaciones como práctica habitual y agradable, adaptándonos siempre a su nivel comprensivo

Es decir, en el retraso simple, el lenguaje es más inmaduro, pero éste se va adquiriendo en el orden normal. El vocabulario es escaso y se reduce a las cosas familiares de su entorno. Al ser Este más limitado se hace más difícil construir las primeras frases. Esto hace que en las interacciones estos niños tomen un rol más pasivo, esperan a que se les pregunten y contestan con frases más cortas. El niño comprende las cuestiones concretas y familiares pero pueden tener lagunas en los conceptos más abstractos (espacio-temporales) o en comprender frases que hacen referencia a algo que no está presente. El pronóstico depende de cada caso, aunque suele ser favorable (la mayor parte mejoran antes de los seis años). A pesar de ello, no podemos olvidar que son niños que tienen un ligero riesgo de tener dificultades de aprendizaje, principalmente relacionadas con la lectoescritura, por lo que se debe buscar ayuda profesional lo antes posible

¿Qué puedo hacer si mi hijo tiene retraso simple del lenguaje?

Proporcionar modelos adecuados: vocalizar adecuadamente, no hablarles muy deprisa, evitar vocabulario infantil (por ejemplo, «tete» por chupete).

Es aconsejable que vaya a la guardería. En casa se debe fomentar el diálogo, mantener conversaciones como práctica habitual y agradable, adaptándonos siempre a su nivel comprensivo. Leerles cuentos con imágenes ayuda a ampliar su vocabulario. Introducirlos en canciones infantiles puede ser un buen modo de iniciarlos en la repetición verbal. Completar indirectamente sus frases, completándolas con las palabras que ha omitido (por ejemplo: el niño dice: «Mamá agua» y el adulto verbaliza: «Sí, mamá te da un vaso de agua»).

Deben evitarse los mensajes dirigidos al niño del tipo: «Así no se habla» o «habla bien». Optar por, simplemente, proporcionarle los modelos correctos.

Promover la autonomía personal del niño. En cuanto a hábitos alimentarios, dejar de usar el chupete, el biberón y comenzar si aún no se hizo, con alimentos enteros.

Si usted cree que su hijo puede tener un retraso simple del lenguaje, no dude y consulte a su logopeda que evaluará y en su caso intervendrá fomentando y estimulando el lenguaje de su hijo.

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