Fibrilación auricular:el 'corazón de fiesta'

Aparece de repente, el ritmo pasa de ser normal a latir de forma desorganizada pudiendo alcanzar en ocasiones 180-190 latidos por minuto

LA FIBRILACIÓN auricular es la arritmia más frecuente, afecta a entre el uno y el dos por ciento de la población general y aumenta con la edad.

En condiciones normales, el corazón late de forma regular (el tiempo que transcurre entre latido y latido es parecido: toc, toc, toc…), decimos que está en ritmo sinusal, cuando en reposo oscila entre 60 y 100 pulsaciones por minuto. Cuando aparece una fibrilación auricular el ritmo del corazón se vuelve un poco loco, cada latido salta cuando le coincide (tototoc, toc , totoc…). Este ritmo tan irregular hace que la frecuencia cardiaca (número de pulsaciones al minuto) varíe continuamente.

Aparece de repente, el ritmo pasa de ser normal a latir de forma desorganizada pudiendo alcanzar en ocasiones 180-190 latidos por minuto. Este cambio puede dar síntomas, lo habitual es notar palpitaciones que se pueden acompañar de dificultad para respirar, dolor de pecho o incluso mareo con pérdida de la consciencia. Pero no siempre es así, otras veces pasa desapercibido y se diagnostica por casualidad en un reconocimiento médico.

Se diagnostica realizando un electrocardiograma. Pero no debemos quedarnos sólo en eso, hay que buscar si existe alguna otra enfermedad o circunstancia que haya favorecido su aparición. Por este motivo es obligatorio realizar una analítica completa que incluya un estudio de hormonas tiroideas. Otra prueba necesaria es una ecografía del corazón para ver si hay alguna enfermedad cardiaca que precise vigilancia o tratamiento específico: enfermedades valvulares, miocardiopatías (enfermedades del músculo cardiaco), la cardiopatía hipertensiva (afectación cardiaca por mal control de la tensión arterial). El consumo de alcohol, drogas… también favorecen su aparición.

Si un día notas que tu corazón late distinto, no dudes en consultar a tu médico o cardiólogo

Esta arritmia parece peligrosa y lo puede ser.

El tratamiento inicial va encaminado a controlar la arritmia y los síntomas, para ello se utilizan fármacos que pueden actuar con 2 objetivos:

- Control del ritmo: si sabemos que la arritmia lleva pocas horas de duración, podemos intentar realizar una cardioversión, esto es, intentar recuperar el ritmo normal del corazón y que desaparezca la arritmia. Esto puede hacerse con fármacos antiarrítmicos (cardioversión farmacológica) o si ésta fracasa o la arritmia se asocia a síntomas graves, se procede a la cardioversión eléctrica (con sedación se aplica una pequeña descarga eléctrica en el corazón).

- Control de la frecuencia: cuando no sabemos cuánto tiempo lleva instaurada la fibrilación auricular o si lleva más de dos días, y la frecuencia cardiaca es rápida, se dan fármacos para frenar o disminuir el número de pulsaciones y así mejorar los síntomas (mantienen la arritmia con menor frecuencia cardiaca).

Tratamiento con simtron

Pero lo realmente peligroso de la fibrilación auricular es su capacidad para generar embolias. Este ritmo desorganizado favorece la formación de coágulos en las cavidades cardiacas y si se sueltan al torrente sanguíneo, dan lugar a embolias que a menudo llegan a las arterias del cerebro provocando ictus o infarto cerebral.

Por este motivo los fármacos anticoagulantes son el tratamiento más importante: actúan fluidificando la sangre para evitar esa formación de coágulos, el más conocido y utilizado es el acecumarol o Sintrom.

Precisamente por su capacidad para licuar la sangre van a favorecer el sangrado aumentando el riesgo de hemorragias espontáneas o postraumáticas. Por esto, habrá que valorar para cada persona los pros y los contras del tratamiento. No todos tenemos el mismo riesgo de generar embolias ni el mismo riesgo de presentar sangrados. La hipertensión arterial, diabetes, edad avanzada, enfermedad arterial, insuficiencia cardiaca y personas que ya previamente han sufrido un ictus embólico tienen mayor riesgo de presentar embolias y éste aumenta si se asocian varias de estas condiciones.

A día de hoy, disponemos de los llamados nuevos anticoagulantes orales (Naco) con resultados al menos tan buenos como los del sintrom a la hora de prevenir embolias, menor riesgo de sangrados importantes y más fáciles de administrar ya que no precisan controles periódicos de sangre ni presentan tantas interacciones con fármacos o comidas. Los Naco tienen indicaciones más limitadas que el sintrom y así, en pacientes portadores de prótesis valvulares mecánicas o en algunas enfermedades valvulares no son tan eficaces.

Si un día notas que tu corazón late distinto, no dudes en consultar a tu médico o cardiólogo.

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