El mal de las emociones

La alexitimia se caracteriza por la dificultad para verbalizar estados afectivos y diferenciarlos de sensaciones corporales. Afecta al 8% de hombres y 1,8% de mujeres

LOS SERES humanos necesitamos expresar nuestras emociones (alegría, enfado, tristeza) y lo hacemos vinculándolo al contenido considerado culturalmente adecuado.

Estas palabras sobre los sentimientos sirven como introducción para subrayar la importancia de la expresión de emociones como algo inherente al ser humano y compartir nuestros sentimientos con los demás supone una fuente importante de gratificación y crecimiento personal.

Por ese motivo resulta interesante conocer de que trata la alexitimia, que significa literalmente «falta de palabras para los afectos», es decir, nos referimos a un estilo cognitivo caracterizado por la dificultad para verbalizar estados afectivos y diferenciarlos de sensaciones corporales.

Algunos de los síntomas o características de la alexitimia son:

Dificultad para identificar y describir emociones y sentimientos. Tienen problemas para diferenciar una emoción de otra, siendo esta incapacidad no solo respecto a sus propios sentimientos sino que también tienen dificultades para identificar las emociones de los demás.

Dificultad para diferenciar entre emociones y sensaciones corporales que acompañan a la activación emocional: las emociones suelen ir acompañadas de síntomas fisiológicos, en estos casos las personas alexitímicas atribuyen estas manifestaciones a síntomas vagos o cuando sienten emociones intensas la persona simplemente describe un malestar físico de una manera imprecisa.

Reducida capacidad de fantasía y pensamiento simbólico: suelen tener un pensamiento concreto, su forma de hablar es monótona, parca y sin matices afectivos.

Preocupación por los detalles y acontecimientos externos; con dificultad para relacionarse afectivamente con otros. En su lenguaje apenas existen referencias abstractas y simbólicas, sino que se limitan a describir detalles concretos, sin un tono afectivo.

Quejas físicas y falta de disfrute.

Postura y expresiones faciales rígidas: apenas gesticulan ni utilizan cambios de tono en su voz, se sientan de forma rígida y su semblante es inexpresivo.

Se calcula que presentan este déficit el 8 por ciento de los hombres y solo el 1,8 por ciento de las mujeres. Sin embargo dichas tasas de prevalencia se incrementan en determinadas poblaciones, como por ejemplo entre los pacientes en tratamiento por trastornos psicosomáticos en los que las tasas fluctúan del 25 al 50 por ciento, presentando así patologías físicas como dolores inespecíficos crónicos, enfermedades digestivas, migrañas, asma bronquial.

Por lo tanto, la regulación emocional es un aspecto del proceso afectivo con importantes implicaciones para la psicopatología, ya que además de los trastornos mencionados, existen investigaciones en las que se han descrito características alexitímicas en pacientes con adicciones, depresión, trastorno de pánico o trastornos de estrés postraumático, pues cuando no somos capaces de reconocer nuestras emociones ni interpretarlas, no podemos utilizar una información que es muy valiosa tanto para la toma de decisiones como para establecer vínculos sociales.

No obstante, no todos los pacientes presentan el mismo grado de afectación y es importante establecer una distinción entre la alexitimia primaria, producida porque las estructuras neurológicas vinculadas a las emociones están dañadas, como en ictus, tumores cerebrales o traumatismos craneales entre otros, y la alexitimia secundaria, como consecuencia de un trauma emocional grave o por un desorden en el aprendizaje, funcionando así como un mecanismo de defensa y de negación reprimiendo de esta forma los sentimientos.

Ser consciente

La psicología trata esta incapacidad cuando es consecuencia del aprendizaje emocional; en el tratamiento, a los alexitímicos se les enseña a identificar sus emociones y las de los demás. Siendo el primer paso, que el afectado entienda qué es la alexitimia y que sea consciente de su origen. Que participe de talleres de inteligencia emocional, entrenamiento en habilidades sociales, realización de sesiones de bio-feedback, estas últimas con el fin de aprender de una manera más directa a distinguir sus sensaciones somáticas e identificación de emociones.

Y finalmente, sin olvidar que a menudo estos pacientes muestran estrategias de afrontamiento basadas en la evitación, podría ser conveniente incluir dentro del tratamiento, el entrenamiento en habilidades de afrontamiento y sobre todo, enseñarles a valorar los logros que van alcanzando.

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