Toni Cantó: "El rugby me costó una fisura de costilla en plena campaña"

El actor y político de Ciudadanos desvela que practica yoga para trabajar la paciencia, el equilibro y la fuerza. Aunque no es un manitas en la cocina, los arroces caldosos y la clásica paella son sus platos estrella. Además el valenciano asegura que Amparo Baró le sigue dando collejas de vez en cuando, como hacía en Siete vidas
CANTÓ
photo_camera Toni Cantó. EFE

En el año 1999 España ganó el Oscar a mejor película de habla no inglesa con Todo sobre mi madre. En ella, el actor valenciano Toni Cantó (1965) interpretó a Lola, una especie de padre atrapado en un cuerpo maternal, bajo las órdenes de Pedro Almodóvar.

Veinte años después, el ahora político de Ciudadanos se decanta por ver Stranger Things, escuchar funky y leer a Houellebecq en sus ratos libres en lugar de subirse al escenario. Además de aclarar que antes de tomar algo con Ximo Puig, tiene citas prioritarias.

Si le digo Adho Mukha Svanasana, Trikonasana o Sirsana, ¿sabe de qué le estoy hablando?

Sí, de yoga. Practico desde hace muchos años, aunque estoy desentrenado a causa de una lesión. Me viene muy muy bien para sentirme en forma, para trabajar el equilibrio, la fuerza, la elasticidad y también la paciencia, porque soy impaciente.

¿Recomendaría practicar yoga a sus compañeros de hemiciclo?

Sí, sin duda, a todo el mundo. Es algo completamente recomendable. Hace quince años di mi primera clase de yoga, en Torrelodones. La daba una señora mayor, de la que pensé: "A mí no me va a enseñar nada". A los veinte minutos yo no podía con mi alma, la señora mayor me daba veinte vueltas. Ese día aprendí la lección de que el yoga no es simplemente un ejercicio, es algo más. Y que el yoga me podía aportar muchas cosas y que yo debía aprender también algo acerca de la humildad.

Su padre aspiraba a que fuera médico, ¿le ha perdonado lo de dedicarse primero al arte dramático y luego a la política?

La verdad es que soy muy afortunado porque tengo un padre que es un crack y se siente muy orgulloso de mí. Entiendo que le di un disgusto con lo de ser actor, porque hace treinta y muchos años estaba mucho peor visto que ahora, y es una profesión que nunca sabes si vas a poder vivir el mes que viene de ella. En política me metí cuando los políticos estaban peor valorados, y le daba miedo porque te conviertes en blanco de críticas y se te pone la lupa en cualquier cosa.

¿Echa de menos jugar al rugby?

Sí. Cuando veo un partido por la tele me pongo nervioso. Jugué hasta que me fui a vivir a Madrid, porque era imposible jugar a rugby por la mañana e ir a hacer una función de teatro por la tarde. Tuve que dejarlo con el dolor de mi corazón. Jugar al rugby me costó una fisura de costilla y una luxación de hombro en plena campaña electoral.

Amparo sigue dando collejas, quienes la conocimos la llevamos todavía dentro

Cuando se equivoca en algo, ¿sigue esperando una de las collejas que le propinaba Amparo Baró en la serie de televisión Siete vidas? (La actriz falleció en 2015).

Amparo me sigue dando collejas, porque quienes la conocimos la llevamos todavía muy dentro y sigue estando presente. Pero no solo con las collejas. Amparo era una mujer que tenía poco que ver con el personaje: era supercariñosa, blanda, muy humana, muy sensible y con la que era un absoluto privilegio trabajar.

¿Se iría de copas con Ximo Puig y Mónica Oltra?

Bueno, tengo mucha gente por delante que ellos dos para irme de copas, la verdad (risas).

Cuando escribe un tuit, ¿cuenta hasta cinco antes de darle al botón de Twittear, o le gusta vivir peligrosamente?

Me gusta vivir peligrosamente, como creo que es obvio.

¿Amar es para siempre, o hay veces que el amor se acaba?

Hay veces que no es que se acabe el amor, es que se acaba el proyecto de vida en común, o el proyecto de convivencia en el mismo hogar. Pero yo sigo amando a quienes he amado.

En la cocina, ¿se pone el delantal o piensa que las latas son el mejor invento?

Cocino muy poco, pero cuando tengo tiempo me gusta hacerlo, porque me relaja mucho. Es una tarea en la que has de estar concentrado, y eso me viene muy bien, porque me atrapa la atención y tengo cierta tendencia a la dispersión. Hay ciertas cosas, muy pocas, que se me dan bastante bien. Hago muy buenos arroces caldosos, mis hijos están todo el día pidiéndomelos. Especialmente el de pollo, alcachofas y judías verdes. O el de patata, nabo y acelgas. Y las paellas clásicas, que cualquier valenciano que se precie tiene que hacer.

Si tiene un rato libre, ¿se pone a leer, a escuchar música o a ver una serie?

Cualquiera de las tres cosas. Para escuchar música no me hace falta encontrar un rato libre. Me ayuda, me alegra la vida. Oigo mucho funky y mucha música negra, también cierta música dance y algunos clásicos españoles. También soy de leer. Casi siempre novela, en especial policíaca. Hay infinidad de escritores a los que persigo y cada vez que sacan algo nuevo lo devoro. El último, Michel Houellebecq. Y me encantan las series. Este verano voy a ver las nuevas temporadas de Big Little Lies y de Stranger Things.

¿Cuáles serían sus vacaciones ideales?

Cualquier lugar en el que pueda estar con mis hijos y con mi pareja. Poder estar con ellos y vivir la normalidad que no he vivido durante todos estos meses, que han sido muy intensos y muy dedicados exclusivamente a la política.

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