Roberto Carlos: "A Luxemburgo le pedimos que no nos quitara el vino y la cerveza"

El mítico lateral brasileño repasa en una entrevista algunas de las anécdotas más extravagantes que vivió en el Real Madrid de los galácticos
Roberto Carlos celebra un gol. ARCHIVO
photo_camera Roberto Carlos celebra un gol. ARCHIVO

Roberto Carlos da Silva (Brasil, 1973) pasará a la historia como uno de los grandes laterales del fútbol. No obstante, tras sus últimas declaraciones, parece que sus hábitos fuera del campo no comulgaban con el profesionalismo que mostraba en él.

En una entrevista concedida para el Canal 11 de la televisión portuguesa, Roberto Carlos ha repasado alguna de las anécdotas más extravagantes que vivió en el Real Madrid de los galácticos.

Quizás la que más ha llamado la atención ha sido la que implica el consumo de alcohol en las cenas. "Teníamos la costumbre de llegar a la concentración, dejar las maletas en la habitación y antes de la cena tomar nuestra cerveza y nuestro vino. Encima de la mesa siempre había dos botellas de vino. Ronaldo y yo le dijimos a Luxemburgo: "Profesor, la gente aquí tiene sus costumbres, lo vas a ver, pero intenta no cambiarlas. No quites las botellas de vino de la mesa y la cerveza antes de la cena porque si no vamos a tener problemas". ¿Qué hizo? Quitó primero las cervezas y luego las botellas de vino. Duró tres meses".

También tuvo palabras para las situaciones que vivió con diferentes entrenadores, aunque dejando claro que "en la época de los galácticos éramos siete... era un peligro en el vestuario. Siempre lo controlamos bien, teníamos buena relación".

"Yo rezaba para que los partidos fuesen los sábados para poder ir a la Fórmula Uno los domingos"

El único que no cuajó con ellos fue Camacho. "Llegó al vestuario, saludó a todo el mundo, muy serio y con historia en el Real Madrid. Yo solo observaba a ver qué iba a decir. "Quiero a todo el mundo mañana a las 7.00 de la mañana". Normalmente entrenábamos a las 10.30. Hablamos con él para intentar cambiar el horario, nosotros teníamos nuestras costumbres".

Muy diferente de lo que pasaba con Vicente del Bosque. "Era más un amigo que un entrenador. No necesitas reglas. El jugador sabe lo que tiene que hacer. Nos entendía perfectamente. Los entrenamientos de lunes y a veces los martes eran a las 17.00 de la tarde. No los ponía a las 11.00 de la mañana porque casi nadie llegaba".

Sin embargo de este tipo de excentricidades y actitudes díscolas no es algo de lo que Roberto Carlos se muestre orgulloso ahora mismo. "Yo hoy pienso: ¿cómo es posible que hiciéramos tantas tonterías? Acababa cada partido y era todo avión privado. Nos encontrábamos en la terminal privada de Barajas. Era Beckham que iba no sé a dónde, Figo, Zidane que iba a tal lugar, Ronaldo, yo... y teníamos que entrenar pasado mañana. Yo rezaba para que los partidos fuesen los sábados para poder ir a la Fórmula Uno los domingos. Eran vuelos privados para todos lados. Una locura". 

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