Omar Montes responde tras la polémica de los pasaportes covid falsos

"Estoy vacunado y muy concienciado con el uso de las vacunas", explicó el cantante tras ser vinculado con la red a la que también recurrió, supuestamente, la 'Reina de la Coca'
Omar Montes. INSTAGRAM
photo_camera Omar Montes. INSTAGRAM

"Soy Omar Montes y estoy vacunado. Estoy muy concienciado con el uso de las vacunas como parte de la solución de la pandemia. No puedo controlar todo lo que se pueda decir de mí, pero sí puedo demostrar cuando sea necesario todas estas falsedades. Una mentira más. Abrazos desde Miami". Con estas palabras, el rapero salía al paso de la información que lo vinculaba con una red de falsificación de pasaportes covid.

En la operación, la Policía Nacional detuvo en Madrid y Barcelona a los siete integrantes de una organización que falsificaba pasaportes covid y PCR a famosos y delincuentes, con 1.600 personas investigadas por recurrir a sus servicios, entre ellas el cantante Omar Montes, según han informado a Efe fuentes de la investigación.

Además de Montes, uno de los artistas más escuchados de España, según la plataforma Spotify, figuran como clientes de esta organización condenados por hechos delictivos que habrían pagado entre 200 y 1.000 euros por estos documentos, como A.M.C., conocida como la Reina de la Coca en España, que llegó a vender en un año 100 kilos de esta droga y ha sido detenida varias veces, la última en 2014.

Otro de los investigados es S.R.G., apodado Moli, que trabaja con aluniceros como especialista en cajas fuertes. Este hombre cumplió condena por homicidio imprudente al atropellar a una persona, en el distrito madrileño de Arganzuela, que murió en el hospital.

El pago que exigía la red a cambio de las certificaciones fraudulentas era de 50 euros en el caso de emitir certificados de pruebas PCR negativas y cantidades que oscilaban entre los 200 y 1.000 euros a cambio de expedir pasaportes coronavirus en los que constaran dos o tres dosis de vacunación.

En la mayoría de los casos, los integrantes de la organización exigían el pago en criptomonedas, a través de cuentas que habían abierto en terceros países para hacer más complicado el rastreo por parte de las autoridades. 

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