Omar Montes: "Nunca me consideré machista"

El artista de Pan Bendito llega a la pantalla a través de un documental que se estrena el día 14 en Amazon Prime
Omar Montes. INSTAGRAM
photo_camera Omar Montes. INSTAGRAM

Omar Montes se estrena esta semana en el formato del documental para contar cómo pasó de conducir un taxi de la droga con 14 años a convertirse en 2020 en el artista español más escuchado en Spotify, todo en una producción que, no obstante, obvia algunas de sus polémicas más sonadas.

"Yo no me he considerado machista nunca y por eso no sale nada de eso", defiende el cantante, tras reconocer sin pudor que en El principito es Omar Montes, que se estrena este 14 de noviembre a través de Amazon Prime, "no hay nada de autocrítica", especialmente en el ámbito del feminismo, por el que tantos reproches ha recibido.

Para criticar ya están otros, debió pensar el artista madrileño, que lamenta varias veces en estos episodios que en su caso se emplee una vara de medir diferente. "Si yo salgo en una canción en un yate con 20 chicas desnudas y tocándoles el culo, acabo preso", argumenta, antes de recordar también que en Linda de Rosalía se dice: "Le escupo la cara al tiempo como si fuera mi puta".

"Si lo hace otro artista, pone la canción en el número 1 y a todo el mundo le gusta. A mí me gusta también. Yo no critico, porque hay muchos tipos de artistas y, si alguien piensa que mi música es machista, tiene para escuchar a Juan Magán o Bisbal, que son grandes cantantes. Nadie te obliga a escuchar a nadie", insiste.

En lo que concierne a este nuevo hito en su carrera, cuenta que fue Mediaset España, que produce la serie con Unicorn Content y Beta Spain, la que se acercó a él para proponerle que contara sus vivencias desde su humilde pasado en el barrio de Pan Bendito.

"No digo que no a un buen documental y me dieron un dineral", dice con ironía ante una vida "extensa, de años perrunos, en los que cada uno vale por siete".

Víctima de bullying por ser "moro, gitano y gordo", su madre rememora en la serie, entre lágrimas, cómo en una ocasión le desfiguraron la cara de una paliza

Concebido como un viaje "para inspirar a otros", la docuserie no oculta "pequeñas fechorías" para sobrevivir, como cuando de niño vendía pastillas de caldo que hacía pasar por marihuana o cuando, con 14 años, se sacaba algo de dinero transportando personas en una kunda —un taxi de la droga— al poblado de Valdemingómez.

Víctima de bullying por ser "moro, gitano y gordo", su madre rememora en la serie, entre lágrimas, cómo en una ocasión le desfiguraron la cara de una paliza, acoso frente al que el teatro jugó un papel catártico y liberador, igual que la música o el boxeo.

"De hecho, lo de El príncipe viene de la época en la que peleaba. Cuando llegué al gimnasio con 14 años, el entrenador me dijo que cómo iba a boxear, que era un príncipe, tan blanquito y gordito, como muy frágil. Pero con esfuerzo y entrenando todos los días, les demostré que era un crack", presume ahora.

De él dicen que "vino del barrio y se quedó en el barrio", de ahí que también sean protagonistas muchos de sus amigos de entonces. "En mis primeros conciertos no había nadie, me hacían bullying y no conseguía novia ni a tiros. La gente se decepciona porque ve la vida ejemplar de los artistas, aunque esa no es la realidad", apostilla el artista de Pan Bendito.