Cuando sea mayor seré...

La aplicación FaceApp, aunque está rodeada de polémicas, continúa siendo viral y las caras de personas envejecidas llegan también a Lugo
Lara Méndez VELLA
photo_camera Lara Méndez, envejecida con el filtro de FaceApp. EP

La semana estuvo marcada por la irrupción de FaceApp. Pocas personas quedan ya sin ver su rostro envejecido gracias a esta aplicación. Y, en Lugo, no iba ser menos. Los grupos de Whatsapp y los perfiles de Instagram están plagados de estas simulaciones, que también llegan hasta las caras conocidas de la política, el deporte o la televisión. Nadie se libra.

La aplicación fue inventada en 2017 y no tuvo gran repercusión hasta ahora. ¿El motivo? Que sus transformaciones dejaban mucho que desear. El uso de la inteligencia artificial mejoró notablemente sus resultados y, gracias a eso, ya suma más de cien millones de descargas en todo el mundo.

Entre quienes ya se la han bajado figuran numerosos famosos, que simularon cómo sería su aspecto dentro de unos cuantos años y que compartieron esas imágenes en sus redes sociales para el escarnio público.

El furor ha sido tal que el hashtag #FaceAppChallenge es el nuevo reto viral para que todo el mundo suba sus fotos. LeBron James, Luis Fonsi, David Bisbal o Alejandro Sanz son algunos de los que sucumbieron a esta moda.

Los usuarios de Twitter también hicieron experimentos con famosos como Messi, el actor que interpreta a Sheldon Cooper en The Big Bang Theory, Íñigo Errejón, Chicote o Leonardo DiCaprio, quien al envejecer se parece a Íñigo Méndez de Vigo.

Aunque el éxito se lo lleva la opción de envejecerse, esta app ofrece múltiples posibilidades muy variadas. Desde cambiar el color de pelo y el peinado, hasta ponerse más joven, cambiar de sexo, añadirse una barba o simular un tatuaje.

Las alarmas saltaron debido a que el uso de la aplicación, creada por la empresa rusa Wireless Lab, es especialmente peligroso porque recoge en la letra pequeña que también tiene el derecho de usar la información personal de los usuarios y las fotos que hagan con fines comerciales. Tampoco permite a los usuarios cancelar los datos que la empresa tiene de ellos. A pesar de todo esto, las caras de viejos siguen inundando las redes.

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