Los 50 años de una reina llamada Letizia Ortiz

Controladora, fría, hiperactiva... son algunos de los adjetivos que más se repiten cuando se habla sobre ella. ¿Es así realmente?
DL_u501374_041
photo_camera La reina Letizia, con las joyas de la dinastía Borbón. AEP

La reina Letizia alcanza este jueves el medio siglo. Pero la mujer que soplará las velas poco tiene que ver con la niña que llegó al mundo un ya lejano 15 de septiembre de 1972 en el sanatorio Miñor de Oviedo, en Asturias, la primera hija de un matrimonio humilde, formado por el entonces técnico de comunicación Jesús Ortiz y la enfermera Paloma Rocasolano. Tampoco tiene ya mucho que ver con aquella novia que el 22 de mayo de 2004 supo ocultar sus emociones al darle a Felipe de Borbón el "sí, quiero" que cambiaría su vida. Ni en la actitud que muestra ni físicamente, tras haber pasado por quirófano varias veces y someterse a distintos tratamientos estéticos para remodelar su rostro.

conectada con la realidad y controladora. A estas alturas, todavía no se sabe si la casa real prepara alguna conmemoración para este aniversario, que sí ha dado pie a reportajes especiales en distintos medios de comunicación o a la publicación de libros como ‘Letizia. Una mujer real’ (Harper Collins Ibérica), de la periodista especializada en información sobre la casa real Carmen Duerto. A ella fue a quien la entonces princesa de Asturias le espetó en 2010, en el Club Náutico de Mallorca, una de sus más famosas y polémicas frases: "¿Tú te crees que esto son vacaciones privadas?, ¿tienes tú la solución?". Seguro que Letizia se ha arrepentido mil veces de haber dejado patente su descontento con sus días de descanso en Baleares, ya que eso le valió un aluvión de críticas que indefectiblemente resurgen cada verano.

Las pocas veces que la Reina ha sido espontánea, sus palabras le trajeron muchos disgustos

Las pocas veces que la Reina ha sido espontánea, como en esa ocasión o en el "déjame terminar" con el que amonestó cariñosamente al rey Felipe el día de su pedida de mano, sus palabras le han acarreado muchos disgustos. Así que ha adoptado una actitud hierática y fría, que también genera rechazo. 

Rigidez es, precisamente, una de las tres palabras que Carmen Duerto usa para definirla, además de pasión y dualidad. Esta se la aporta haber llegado a la monarquía desde el mundo real, divorciada, con una hipoteca a cuestas, tras haber ofrecido tabaco por la calle en México siendo estudiante para sacarse un dinerillo o compartido vacaciones con sus tíos y primos en el pequeño apartamento en el que vivían sus abuelos en la Costa Blanca. Todo eso puede haber quedado atrás, pero deja un poso, y de algún modo lo ha llevado a la vida de Felipe VI. Su mérito es haberlo acercado más a los españoles.

Ella llegó a la monarquí desde el mundo real: divorciada, con una hipoteca a cuestas...

Letizia también ha conseguido que Felipe mejore su forma de comunicar, con un notorio cambio en la dicción desde su matrimonio. Ha sabido usar sus tablas como presentadora del ‘Telediario’ para ayudar primero al Rey y ahora a la princesa Leonor con sus intervenciones en público. Ella, en cambio, no ha necesitado ningún apoyo para sus discursos, que desde el primer momento redacta personalmente a partir de la información que le recaban desde su secretaría y que completa con sus propias indagaciones. 

El otro lado de la moneda es que, a veces, la ayuda se transforma en un control obsesivo, como señala Carmen Duerto, que asegura que desde muy pequeñas Leonor y Sofía no pierden de vista a su madre durante sus apariciones, ya que con solo una mirada esta les transmite lo que tienen que hacer. Hasta ahora, las jóvenes lo han acatado sin rechistar.

 Leonor y Sofía no pierden de vista a su madre, que con una sola mirada les indica qué hacer

¿Ha intentado ejercer también algún tipo de control sobre su marido? La autora de ‘Letizia, una mujer real’ piensa que es inevitable que ella saque ese rasgo de su carácter con todos los que forman parte de su entorno. "El problema surge cuando esa persona se cansa", señala.

LA PAREJA. En sus 18 años casados, Felipe y Letizia han atravesado crisis. Una de ellas, reconocida por Zarzuela, fue especialmente grave, planteándose incluso una posible separación. En el 2013, los rumores llevaban meses sonando, pero eclosionaron ese verano en Mallorca. Carmen Duerto recuerda que aquel mes de agosto él, que en ese entorno se muestra siempre especialmente afable, estaba muy serio y que en ella era patente la tensión. Hasta que un día Letizia cogió precipitadamente un avión, varios días antes de lo previsto, y se fue dejando allí a sus hijas. En septiembre, las aguas habían vuelto a su cauce.

En estos momentos, la periodista considera que lo que más puede perturbar la relación entre ellos es la educación de sus hijas, dos adolescentes que quieren empezar a hacer su vida y a tomar sus decisiones. La pareja debe decidir las pautas a seguir con ambas, pero especialmente con la princesa Leonor por su condición de heredera, y unificar sus diferentes puntos de vista. Aunque pone un matiz: "Tanto Felipe como Letizia vivieron desde que eran muy jóvenes en familias desestructuradas y supongo que con esa experiencia evitarán, en la medida de sus posibilidades, hacer lo mismo".

Aunque aún faltan cosas por concretar, la casa real ya ha esbozado los planes formativos para la princesa de Asturias, que incluyen el paso por el Ejército y estudios de Derecho, igual que su padre. Pero en la adolescente no solo influye su padre, ya que como asevera Carmen Duerto: "Letizia ha sido y es la auténtica pigmalión de Leonor y creo que está satisfecha con su obra".

A una mujer con un culto a la imagen tan fuerte, debe costarle mucho aceptar la edad

CIFRA SIMBÓLICA. Los 50 no son una edad cualquiera, así que mientras unos los reciben con celebraciones otros lo hacen descubriendo en sus propias carnes que la crisis de la mediana edad no era un mito. En el caso de Letizia Ortiz, Carmen Duerto estima que para una mujer que ejerce un culto a la imagen tan fuerte, aceptar las huellas del paso del tiempo "debe costarle bastante". Como constatación, ahí están sus fotos de hace 18 años y las actuales, que devuelven el retrato de dos personas distintas. Para ese cambio,"ha tenido que haber una intervención externa, claramente". Porque cuando alguien modifica su pecho, su nariz, su barbilla, sus pómulos, borra sus arrugas... es un indicador de que ese alguien no está conforme consigo mismo. La autora de ‘Letizia. Una mujer real’ le recomienda a la Reina "que cambie su planteamiento ante la vida, siguiendo el consejo que ella misma le dio a una mujer durante una visita a la última Feria del Libro de Madrid, a la que cuando se le acercó para decirle que debería teñirse las canas porque la hacían ver mayor o darse unas mechas le respondió con cierta brusquedad: "Sí, señora, pero que lea usted". Así que siguiendo su propia medicina yo también le digo: "Letizia, lee más", reflexiona la periodista. 

Generated by  IJG JPEG Library
La periodista Carmen Duerto, con su libro. AEP

EN LETRA IMPRESA

Carmen Duerto desgrana en el libro Letizia. Una mujer real (Harper Collins Ibérica) distintos detalles sobre la vida más privada de la familia real, detalles que ayudan a conocerla mejor. Estos son unos pequeños extractos.
Su ropa habla
►"Desempolvar prendas es una de sus características. No duda en ponerse un mono pantalón de Zara que puede comprarse online por apenas diez euros justo el día en el que la campaña de apoyo a las donaciones a la Seguridad Social del empresario Amancio Ortega se convierte en trending topic en las redes sociales".
A la mesa
►"La reina Letizia no es vegetariana, come de todo aunque el cordero no sea su plato favorito y sí unas fabes con almejas, sobre todo si las prepara su padre, porque dicen que las borda".
►"En Zarzuela hay un auténtico huerto ecológico donde las plagas de escarabajos, por ejemplo, se combaten quitándolos uno a uno y se fertiliza con abono hecho con excrementos de aves marinas y de lombrices".
El móvil
►"Letizia dispone de un móvil –al que se somete a un rastreo periódico para evitar ciberataques– y también de una línea de teléfono por la que su círculo más cercano se comunica con ella. Es usuaria de WhatsApp y de las redes sociales".
En las distancias cortas
►"Hace muchas preguntas, con el deseo de conocer, pero también para evitar que se las hagan a ella. Mira a los ojos mientras que no pierde ripio por el rabillo de lo que sucede a su alrededor. Gesticula mucho con las manos y no es raro que tenga necesidad de tocar a la persona con la que está hablando".

Comentarios