"El vino de Ribeira Sacra se conoce más fuera que en España"

El bloguero experto en viticultura Mariano Fisac asegura que los caldos de la zona se aprecian más en Nueva York que en Madrid

Galicia puede presumir de haber contado con algunos de los mejores vinos del mundo desde hace siglos y, como las buenas costumbres no deben olvidarse, ha decidido retomar la producción artesanal de caldos, que llegan a 200 dólares la botella en Nueva York.

«La revolución está ahí y es imparable», dice el bloguero Mariano Fisac, gaditano de nacimiento pero gallego de adopción, que trabaja en Madrid en el sector de la Administración Pública y el Seguro, desde donde ha viajado a A Coruña para presentar su libro ‘Galicia entre copas’, de Hércules Ediciones y prologado por el chef Pepe Solla.

Fisac (Cádiz, 1980) explica con una naturalidad propia de un experto en vinos gallegos su dimensión mundial. De los que se producen en la Ribeira Sacra dice que tienen «a sus espaldas el mérito de haber puesto a Galicia en el mapa a nivel internacional con los tintos», como el que elaboró en 2005 el etnólogo Raúl Pérez en la zona de Amandi embotellado como El Pecado, lo que atrajo a muchos aficionados y profesionales a una zona poco conocida, con cepas viejas en viñedos con pendientes del 90 por ciento, casi, subrayó. «extraterrestres».

Sobre los viñedos de la Ribeira sacra indicó que es «uno de los parajes únicos más interesantes y más conocidos fuera de España que en el país. En Nueva York la Ribeira Sacra es más conocida que en Madrid o Barcelona», destacó Mariano Fisac, quien asegura de la uva mencía que es una gran variedad, pero que la gracia de esta denominación de origen está en la mezcla de uvas.

De dónde viene

«Lo que pedimos los enamorados del vino a una botella es que diga de dónde viene con solo oler su contenido», algo que muy pocos vinos son capaces de transmitir, subraya Fisac.

No es el caso de Galicia, añade, donde las variedades de uva, el suelo y el clima hacen posible vinos «inimitables y fáciles de beber, sobre todo por su frescura», debido a las lluvias y temperaturas moderadas con las que la uva produce poco azúcar y por lo tanto el vino tiene menos alcohol y mucha acidez, lo que le aporta un sabor más vibrante.

«Esa moda de vinos frescos se está imponiendo en el mundo y es lo que ha hecho que los blancos y tintos gallegos estén más de moda», abundó Fisac antes de abordar el tema central del libro, que es un viaje por los mejores vinos del «fin del mundo», en referencia a Galicia, donde dijo haber encontrado «maravillas, emoción y vinos muy distintos en todas las zonas», sobre todo en las Rías Baixas y en la Ribeira Sacra, pero también en O Ribeiro, zona de la que se reconoce también un enamorado.

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