Fue a darse un chapuzón y cuando volvió a su toalla se encontró con una visita de lo más inesperada: un enjambre de abejas había anidado en un reposabrazos de su silla, posándose en una rejilla de estructura similar a un panal. La pintoresca escena sucedió este miércoles por la tarde en la playa viguesa de Samil y el bañista afectado reclamó la presencia de socorristas y agentes de la Policía Local, que mediante una trampa fabricada con una caja de cartón consiguieron desalojar los insectos, en torno a medio centenar, sin que nadie sufriese picaduras.
Este insólito episodio, que hace que los usuarios de Samil estén tan preocupados por la presencia de himenópteros en el aire como por la de virus del Covid-19, podría explicarse a la sombra proporcionada por el reposabrazos, que una de las abejas eligió para cobijarse de las altas temperaturas. En la naturaleza de esta especie está muy presente seguir los patrones del grupo, por lo que se fueron sumando otros ejemplares hasta formar una auténtica colmena en cuestión de minutos.
La Policía Local de Vigo explicó que el usuario de la silla llegó a sentarse al no percatarse en un primer momento de la presencia de los insectos, hasta que su zumbido le dio un gran susto. Tras la retirada del enjambre, siguió disfrutando del sol.
