Un grupo de vecinos de la parroquia taboadesa de Moreda recurrieron a la Guardia Civil hasta en dos ocasiones desde primeros de febrero para denunciar que un ganadero de la zona echa purines y lodos de depuradoras en dos parcelas cercanas a sus viviendas de manera ''indiscriminada''. Sostienen que esa práctica genera un mal olor constante en la aldea y que los habitantes de la casas más cercanas a los terrenos sufren vómitos, diarreas, cefaleas e irritaciones de las vías respiratorias.
''Mi hermano estuvo varios días enfermo con vómitos y estamos pendientes de una consulta de un especialista para ver si los daños son más graves'', explica Carmen Fernández, una de las afectadas.
El malestar en la aldea ha llegado a tal punto, que en las últimas horas los agentes de la Guardia Civil de Taboada se acercaron a la zona para tomar fotografías y recabar datos. A su vez, alertaron al servicio del Seprona que, según pudo saber este diario, tiene una investigación abierta para ver si los vertidos se hacen dentro de los márgenes que permite la ley.
En Moreda explican que el vertido de purines y lodos comenzó en febrero y se mantuvo constante hasta este fin de semana. ''Só descansaron dez días entre o 20 e o 30 de marzo. O resto do tempo, sempre houbo descargas e algún día chegaron ás parcelas ata cinco cisternas'', explicó Fernández. Ella misma intentó hablar con el granjero para pedirle que bajara el ritmo pero no consiguió nada, apunta.
Hay otros residentes en el entorno que están preocupados porque, aunque sus casas no están tan pegadas a la parcelas en cuestión, se sirven de un manantial y una canalización de aguas que pasa entre las fincas y temen que los lodos se hayan podido filtrar al agua.
ACTIVIDAD LEGAL. Según las fuentes consultadas por este diario, a priori, el uso de purines y lodos para fertilizar las tierras es una actividad legal pero debe ajustarse a determinadas normas. Por ejemplo, no puede hacerse si en las cercanías hay acuíferos, tampoco se pueden formar balsas de lodo en el suelo y no se pueden superar determinados niveles de vertido. Los vecinos de Moreda temen que en el caso que denuncian ya se hayan roto algunas de las normas.
Los vertidos se hacen normalmente como medida fertilizadora aunque muchos técnicos agrícolas los desaconsejan porque a medio plazo provocan la desertización de las tierras.
La Guardia Civil tiene abierta una investigación y los afectados aseguran que sufren vómitos, diarreas y dolores de cabeza
