Una exadepta de la Orden y Mandato San Miguel Arcángel ha descrito este miércoles a su líder, Feliciano Miguel Rosendo da Silva, como un "manipulador", capaz de anular la voluntad de las personas.
Se trata de una empleada de la herboristería que Miguel Rosendo tenía en Vigo y participó durante varios años en las actividades de la presunta secta con sede en Oia, en la que, según su testimonio, no había libertad de decisión, según ha relatado la abogada de la acusación, Ana Reguera.
Esta mujer ha acudido a declarar como testigo en la causa abierta en el juzgado de instrucción 1 de Tui, en la que hay una decena de personas investigadas por asociación ilícita, delito contra la Hacienda Pública y abuso sexual, éste último solo con respecto al líder, en prisión provisional desde diciembre de 2014.
También ha declarado una mujer a la que, supuestamente, "obligaron a cerrar su negocio" y a "vender joyas"
También ha declarado este miércoles una de las supuestas víctimas de los 'miguelianos', quien ha descrito, según la letrada de la acusación, "los horrores" que experimentó durante los años que vivió en el seno de la orden. Ha descrito las "humillaciones, vejaciones e insultos" de los que fue objeto, en la línea de otros afectados que ya han pasado por los juzgados de Tui.
También ha explicado a la jueza que cuando salió de la orden "pasó hambre" y que no tenía dinero para darle de comer a sus dos hijas, una de ellas de apenas unos meses. "Salió -de la orden- con una mano delante y otra detrás", ha explicitado Reguera, quien ha puntualizado que a esta chica "la obligaron a cerrar su negocio" y a "vender joyas".
Para este jueves están citados dos hijos de Miguel Rosendo, y para el viernes, su nuera, Miriam Lima, una de las pseudomonjas -no fueron consagradas por la Iglesia católica- de la orden, y su esposa.
La Orden y Mandato de San Miguel Arcángel fue reconocida por la Diócesis de Tui-Vigo en julio de 2009 como asociación pública de fieles con derecho diocesano. La Diócesis tuvo conocimiento de unas supuestas "irregularidades" en diciembre de 2012 y para comprobar su veracidad nombró a un visitador canónico.
En su informe se basó la decisión de la Iglesia de apartar cautelarmente a Miguel Rosendo por razones de su "conducta moral", y no fue hasta que el escándalo de la secta de los Miguelianos que retiró su apoyo a esta organización y a su derivada, llamada Serviam, que se había establecido en Madrid. Hasta que fue suspendida, esta orden, que tuvo su centro neurálgico en Oia, cobró notoriedad por actuar uno de sus coros ante el Papa Benedicto XVI en las Jornadas Mundiales de la Juventud en Madrid.
