Un año desde la irrupción de las mareas en el mapa municipal de Galicia

Los alcaldes de Santiago, Ferrol y A Coruña tuvieron que afrontar serios problemas en sus primeros pasos de este nuevo "ciclo político" ▶ Prosperaron cuatro mociones de censura en estos casi 365 primeros días de mandato local y ya hay otra más registrada en Santa Comba
Ferreiro, Noriega y Suárez
photo_camera Ferreiro, Noriega y Suárez

Un año después de las elecciones del 24 de mayo que supusieron la irrupción de las mareas en el mapa municipal, los alcaldes de las principales ciudades gallegas hacen balance de los primeros 365 días desde la cita con las urnas que supuso un cambio en casi todas ellas, salvo la mayoría absoluta de Abel Caballero en Vigo (PSdeG) y la reválida de Miguel Anxo Fernández Lores (BNG) en Pontevedra, el alcalde más veterano de las siete ciudades.

Con todo, el color de los ayuntamientos gallegos ha experimentado cambios desde las tomas de posesión que tuvieron lugar el 13 de junio, de manera que en Galicia ya se han consumado cuatro mociones de censura y, al menos, otra más en Santa Comba (A Coruña) está a punto de certificarse.

La cita con las urnas del 24 de mayo tradujo la fragmentación del mapa político en la escena urbana gallega y solo en Vigo el socialista Abel Caballero gobierna actualmente con una holgada mayoría absoluta, un resultado que mejoró el que tenía en el anterior mandato. Mientras, en las otras seis principales ciudades gallegas gobiernan las mareas (Ferrol, en este caso en coalición con el PSdeG; A Coruña y Santiago de Compostela, lista más votada); el PSdeG, en Lugo, tras apartarse José López Orozco y dar paso a Lara Méndez para que el BNG apoyase la investidura; y el PPdeG en Ourense, con el exconselleiro Jesús Vázquez al frente.

El cambio de mayorías en los municipios también le supuso al PP perder las diputaciones de Pontevedra, donde gobierna la socialista Carmela Silva en coalición con el BNG de César Mosquera, y la de A Coruña, donde se repite el bipartito esta vez con Valentín González Formoso con Goretti Sanmartín como vicepresidenta.

El PP retuvo la mayoría absoluta en la Diputación de Ourense con Xosé Manuel Baltar a la cabeza y se hizo con la de Lugo en un primer momento, por las diferencias en el seno de PSOE por quién era el candidato a presidir el ente provincial. Finalmente, tras un efímero mandato de Elena Candia, el PSdeG pactó con el BNG (que había vetado a Manuel Martínez por una imputación y que finalmente está en suspensión de militancia) una moción de censura que les ha servido para volver a presidir el ente provincial, ahora con el socialista Darío Campos al frente.

En menos de un año de mandato, y a unos días del aniversario del 24 de mayo, ya se han consumado cuatro mociones de censura que han contado con el impulso del PP: en las localidades pontevedresas de Oia y Pontecesures, y en las coruñesas de Noia y Boimorto, que fue la primera desde el 24 de mayo de 2015. Se da la circunstancia de que en este municipio coruñés el alcalde que accedió por moción de censura, Gonzalo Concheiro (PP), presentó su dimisión por estar investigado en una operación vinculada a una estafa a compañías de seguro y en la que su implicación está relacionada a su actividad como médico.

Además, ha sido registrada una moción de censura en Santa Comba, que también ha contado con el impulso de cinco concejales del PP y tres más de TeGa. También está en el aire otra en Sarria, mientras que en Val do Dubra hay constancia de negociaciones entre los populares y otros grupos para consumar un cambio de gobierno. Los resultados de las municipales también propiciaron un cambio de color en la Fegamp, que con la moción de censura en la Diputación de Lugo arrebataron al PPdeG la presidencia de esta asociación municipalista, que ostenta el regidor de O Barco, Alfredo García.

LAS CIUDADES. Esta es la situación de las principales urbes gallegas —a excepción de Lugo— y las impresiones de sus regidores un año después del 24-M:

Vigo. Abel Caballero reforzó su poder con una amplísima mayoría absoluta. Situó a Carmela Silva al frente de la Diputación de Pontevedra, recorrió Galicia en busca de unidad en el socialismo y sigue con sus guerras localistas, esta vez centrando sus ataques en los regidores de las mareas. El también presidente de la Femp tiene ahora una mejor sintonía con la Xunta, lo que no evita críticas a Feijóo.

A Coruña. Xulio Ferreiro (Marea Atlántica), a quien la oposición acusa de estar más pendiente de cuestiones ideológicas que de gobernar, dice estar más ilusionado que nunca y que su «xefe» es la ciudadanía. Critica las "cambadelas" del PP y dice estar moderadamente satisfecho tras sacar adelante las cuentas municipales.

Ourense. Jesús Vázquez (PP) vive con una espada de Damocles: la amenaza constante de Democracia Ourensana, el partido de Pérez Jácome, de plantearle una moción de censura. De momento sobrevive con una política que, según él, ha devuelto al Concello a la "normalidade" y a "cooperar" con otras administraciones.

Santiago. Martiño Noriega (Compostela Aberta) no lo está teniendo fácil. Ha recibido numerosas críticas por el estado de la ciudad, llena de baches, pero confía en revertir la situación. Con todo, el político de Anova quiere poner freno a la inestabilidad en el consistorio: "Non descarto ampliacións de socios na acción de goberno", dice sobre BNG y PSOE.

Pontevedra. El veterano regidor del BNG, que vivió un momento ingrato con la declaración de Mariano Rajoy como persona non grata por el acuerdo sobre Ence, subraya la participación ciudadana como eje de sus políticas, que se centrarán ahora "no novo sistema de xestión do lixo".

Ferrol. Un día sí y otro también Jorge Suárez (Ferrol en Común) anda a la greña con el PSOE. Pero él le resta importancia a la guerra con su socio de gobierno. Admite, eso sí, que los presupuestos son "unha conta pendente".

Lugo. La alcaldesa de Lugo, la socialista Lara Méndez, ha realizado una valoración "positiva" de los últimos doce meses al frente de un gobierno en minoría: de ocho concejales frente a 25 que conforman la corporación. Acaba de sacar adelante los presupuestos con el apoyo de Lugonovo y ahora se fija como reto acabar con la desigualdad.

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