Trasladan al área de Psiquiatría del Álvaro Cunqueiro al asesino de Baiona: "Está en estado catatónico"

Durante su estancia en el hospital de Vigo, Ángel Rodríguez, Lito, estará custodiado por la Policía Nacional ► Su abogado explica que no ha podido hablar con su cliente tras matar a Beatriz Lijó: "No articula palabra, no gesticula, ni reacciona a estímulos"
Traslado de Ángel Rodríguez al módulo psiquiátrico del Álvaro Cunqueiro, este miércoles. SALVADOR SAS (EFE)
photo_camera Traslado de Ángel Rodríguez al módulo psiquiátrico del Álvaro Cunqueiro, este miércoles. SALVADOR SAS (EFE)

La magistrada del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Vigo ha acordado este miércoles el traslado al área de Psiquiatría del Hospital Álvaro Cunqueiro de Ángel Rodríguez, Lito, detenido el pasado lunes como presunto autor del asesinato en Baiona de su expareja, Beatriz Lijó, de 47 años de edad, cuyo cadáver apareció en el acceso a su vivienda, en el barrio de Percibilleira.

La titular del órgano ha tomado esta decisión a la vista del informe forense, que concluye que en estos momentos el arrestado no está en condiciones de prestar declaración. Por ello, ha ordenado asimismo que sea custodiado de forma permanente por la Policía Nacional y que el centro emita los correspondientes informes de seguimiento.

Sobre las 19,15 horas, Lito salió por la puerta principal de los juzgados de la calle Lalín en una silla de ruedas y escoltado por la Policía Nacional y por la Guardia Civil. Vestido con el camisón del hospital y tapado con una cazadora negra y una manta verde, fue subido a un coche policial, mientras que la Benemérita lo escoltó en otro vehículo hasta el centro sanitario.

Imagen del asesino de Baiona saliendo de los juzgados de Vigo. GUSTAVO DE LA PAZ (EUROPA PRESS)
Imagen del asesino de Baiona saliendo de los juzgados de Vigo. GUSTAVO DE LA PAZ (EUROPA PRESS)

El asesino de Beatriz Lijó llegó a primera hora de la mañana de este miércoles desde la Comandancia de la Guardia Civil en Pontevedra hasta el edificio de los juzgados vigueses en la calle Lalín. Ya alrededor del mediodía fue examinado por los forenses y, según su abogado, los médicos recomendaron su ingreso para una valoración psiquiátrica, ya que se encuentra en "estado catatónico" y no está "en condiciones de declarar".

El letrado ha explicado, en declaraciones a los medios, que el hombre ha guardado silencio desde el momento en que se entregó, el pasado lunes en la comisaría de la Policía Nacional en Ourense. "No habla, no he podido hablar con él ni media palabra. Solo mira al suelo", ha explicado. Además, ha añadido que su cliente "está ausente, no articula palabra, no gesticula, ni reacciona a estímulos", por lo que no puede comparecer ante la jueza, ya que "no es capaz de discernir a qué situación se va a enfrentar".

Su traslado al hospital, bajo custodia policial, supone la prorrogar su detención 72 horas, según fuentes jurídicas, una medida temporal a la espera de los informes médicos, para saber si el detenido puede declarar, si debe quedarse ingresado o qué otra medida se adopta.

Estado de la investigación

En la Comisaría de Ourense, el detenido se presentó este lunes y dejó en el mostrador del puesto de seguridad las llaves de su coche, antes de sentarse en el suelo y descalzarse. Desde entonces, no ha hablado y tampoco ha prestado declaración en la Comandancia de la Guardia Civil, aunque los investigadores sí pudieron tomar declaración a los allegados tanto del detenido como de la víctima.

Un vehículo de la Guardia Civil trasladó este miércoles al detenido por el crimen en Baiona hasta dependencias judiciales. SALVADOR SAS (EFE)
Un vehículo de la Guardia Civil trasladó este miércoles al detenido por el crimen en Baiona hasta dependencias judiciales. SALVADOR SAS (EFE)

La autopsia realizada al cuerpo de Beatriz desveló que sufrió numerosos cortes y pinchazos por todo el cuerpo, uno de esos pinchazos con la profundidad suficiente como para afectarle al hígado. Asimismo, sufrió al menos un golpe mortal en la cabeza, y se cree que, en este ataque, que fue presenciado por sus hijos, se utilizaron al menos dos armas: un cuchillo de pequeñas dimensiones que fue localizado junto al cuerpo de la mujer, y otra arma más contundente, tipo machete.

Según han informado fuentes de la investigación, no constan denuncias previas contra Ángel Rodríguez por violencia de género, si bien, había un conflicto previo por la custodia y patria potestad de los hijos. De hecho, recientemente un juzgado de Familia le había retirado la patria potestad al padre, y había reducido el régimen de visitas.

El arma homicida, clave

Sea por decisión propia o por consejo de su abogado, el hermetismo de Lito supone una importante barrera, habida cuenta de que el arma homicida se presenta como un "elemento primordial para la construcción del relato" del caso "junto con las pruebas de ADN y huellas dactilares", tal y como se reseña en distintos manuales de Derecho Penal. Y esto lo saben tanto el presunto asesino como los investigadores, que después de una primera jornada de interrogatorios sin que este soltase prenda, activaron este martes el plan B: un registro exhaustivo de la escena del crimen, el chalé de la difunta en el barrio baionés de Percibilleira, así como del itinerario que siguió Lito con su coche desde esa vivienda hasta la de sus padres, con quienes dejó a sus hijos sobre las 21.30 horas del domingo antes de pasar una errática noche al volante que lo llevaría a entregarse, 120 kilómetros y once horas después, en la comisaría de Ourense con los primeros rayos de sol, sobre las 8.30 del lunes.

¿Si no aparece el machete?

En la jornada del martes un equipo de criminalística peinó palmo a palmo el chalé donde Bea, como todos conocían a la víctima, vivía con sus hijos, una quinta de estilo ibicenco en cuya entrada exterior murió ella en el acto tras recibir el impacto del hacha en la cabeza. Pero el arma no apareció en la finca, algo que por otra parte tampoco sorprendió a los especialistas, ya que creen que Lito apenas traspasó la verja de entrada de la parcela –que la víctima había abierto a su ex y a los niños, que el primero debía devolverle tras pasar el fin de semana con ellos–.

En el itinerario en coche que el supuesto asesino realizó hasta casa de sus padres –abuelos paternos de los pequeños– tampoco vieron los agentes rastro de un machete o similar. Miraron en los arcenes e incluso trazaron rutas alternativas, y también en la salida de la turística villa hacia Ourense, pero nada. Los esfuerzos policiales, a cargo de la comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra, están siendo excelsos, pero dar con el arma sin ninguna pista es como hallar una aguja en un pajar.

¿Y qué supondría su ausencia? Es algo que todo investigador trata de impedir, pero a veces es inevitable. En este caso, al haber sido recuperado el cuerpo y si se confirma que las manchas de sangre de la ropa del sospechoso se corresponden con el ADN de la víctima, la falta del arma homicida no debería de suponer un impedimento de cara a una posible condena.

Casos de Valga y Asunta

Un ejemplo en este sentido es el caso Asunta, donde no llegó a probarse con qué fue asfixiada la pequeña –en el juicio no pudo demostrarse si con una almohada o unos pañuelos, por lo que el jurado atribuyó la muerte directamente al lorazepam–.

En el triple crimen de Valga, José Luis Abet sí desveló, en los interrogatorios, la zona del Tambre donde arrojó el revólver. En su caso, que se juzgará en un mes, la permanente revisable parece ineludible. Pero para Lito, una eventual colaboración podría traducirse en beneficios judiciales.

Custodia de los niños

Esta desgracia deja dos víctimas que nunca van a poder ya recuperar sus vidas: los hijos en común de Bea y Lito, dos niños de 7 y 9 años que han quedado huérfanos de madre por culpa de un padre al que no verán en muchos años, como no sea, si algún día le perdonan, a través de las mamparas de las visitas en prisión.

Los pequeños se encuentran ahora bajo el cuidado de sus abuelos paternos, con quien el progenitor los dejó tras cometer la atrocidad que ellos mismos presenciaron, a expensas de que la Xunta dirima su custodia