Tragsa vigila la llegada de organismos transmisores de enfermedades a Galicia

La Xunta puso en marcha el pasado año la Rede Galega de Vixilancia de Vectores para controlar la presencia de este tipo de mosquitos

Comparación entre un mosquito tigre y un mosquito común. AEP
photo_camera Comparación entre un mosquito tigre y un mosquito común. AEP

El grupo Tragsa, bajo la encomienda de la Consellería de Medio Rural,  colabora en la detección temprana de organismos transmisores de enfermedades procedentes de diferentes puntos del planeta.

Para ello, Tragsa, que tiene más de 40 años de experiencia en materia de sanidad animal, colabora en la colocación de varias trampas en cinco puntos de la comunidad, cuyo objetivo es nutrir de información a los investigadores expertos en la materia. Estas actuaciones se dan tras la puesta en marcha el pasado año de la Rede Galega de Vixilancia de Vectores (Regavivec), en virtud de un convenio entre las consellerías de Sanidade y de Medio Rural y las universidades de Santiago y Vigo.

"La detección precoz de estas especies permitirá tomar las medidas necesarias para que enfermedades como el dengue o el zika no afecten a los humanos"

Su objetivo es conocer la presencia de transmisores de los que aún no se tiene constancia en Galicia, como son el mosquito tigre (Aedes albopictus) y el mosquito de la fiebre amarilla (Aedes aegypti), así como de otras especies foráneas que ya están presentes en la comunidad.

Además de la detección precoz de estos organismos, la Xunta facilitará la puesta en marcha de las actuaciones necesarias para evitar que casos de dengue, ziko o chikungunya, fiebre del virus del Nilo Occidental o la lengua azul afecten a humanos o animales.

¿Por qué es necesario establecer medidas de vigilancia?
El cambio climático y la creciente movilidad de personas y mercancías han propiciado el desplazamiento de algunos organismos hacia ecosistemas que nunca antes habían habitado. Este proceso de globalización de la fauna trae consiguo una nueva amenaza: la llegada de organismos transmisores de enfermedades procedentes de diferentes puntos del planeta.

Además de las nuevas condiciones climáticas, la capacidad de supervivencia y adaptación que tienen muchas de estas especies, hace que esta presencia puntual pueda convertirse en permanente.

Por lo tanto, Tragsa explica que es necesario establecer medidas de vigilancia ante la aparición de nuevos vectores —agentes transmisores de enfermedades, principalmente insectos— y diseñar acciones que permitan, por una parte, conocer la distribución geográfica y temporal de la variedad en un territorio y, por otra, supervisar su evolución en convivencia con los mosquitos autóctonos.

Entre los meses de julio y noviembre del pasado año, los técnicos de Tragsa realizaron 120 muestreos, de los 186 totales que se llevaron a cabo dentro de Regavivec. Estos resultados, recuerdan, son la base para continuar con el proceso a lo largo de 2018.

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