La terrorífica leyenda de la Santa Compaña

¿Quién es? ¿Por qué no deberías salir de casa durante la noche de Samaín? 
Procesión de la Santa Compaña, en A Estrada. ADP
photo_camera Procesión de la Santa Compaña, en A Estrada. ADP

La noche del 31 de octubre se abre una puerta entre el mundo de los vivos y los muertos, permitiendo el paso de las almas de los fallecidos, que vuelven a recorrer las calles que un día fueron suyas. Así lo relata la milenaria celebración celta del Samaín, con arraigo en Galicia y que cada año gana más adeptos, desbancando al anglosajón Halloween

En las casas se ponen calabazas con cortes e iluminadas para guiar a los familiares muertos que buscan su camino durante la noche; aunque también tienen un uso de protección. En Samaín penetran entre los vivos entidades malignas, que se ven repelidas por estas hortalizas decoradas. 

  1. Qué es la Santa Compaña
  2. Cómo escapar de la Santa Compaña

Trasgos y espíritus con ganas de generar caos son algunos de los elementos folclóricos más habituales pero, sin duda, la leyenda más terrorífica del Samaín gallego es la de la Santa Compaña.

Qué es la Santa Compaña

La Santa Compaña no es una entidad o un ser en concreto, sino una procesión de varios individuos muertos. Al frente de ellos, como guía, va un vivo al que han conseguido atrapar en su ritmo de ultratumba. Si no quiere acabar mal, el vivo debe llevar una cruz y un caldero de agua bendita, no volviendo, en ningún caso, la cabeza para mirar a sus compañeros. El grupo va vestido de blanco y con cirios en las manos —aunque dependiendo de la zona, también se puede representar con ropajes negros—, recorriendo las calles de los pueblos mientras reza, realiza cánticos y agita una campanilla. 

El origen de la leyenda se sitúa en los celtas, que consideraban que los muertos aprovechaban esa noche de Samaín para regresar y caminar por las zonas que transitaron de vivos. 

Representación de la Santa Compaña. ADP
Representación de la Santa Compaña. ADP

Lo más terrorífico del asunto es que la persona que guía a la Santa Compaña anunciará la muerte a la primera persona con la que se cruce. Es la única forma que tiene de librarse de esta marcha, pasándole el testigo a otro individuo.

A pesar de que la Santa Compaña, como leyenda, gana fuerza en Samaín, la condena a la procesión de muertos se prolonga noche tras noche, independientemente de la fecha.  Se dice que no todos los mortales cuentan con la facultad de contemplar la Santa Compaña. Elisardo Becoña Iglesias, en su obra La Santa Compaña, el Urco y los Muertos explica que, según la tradición, tan solo ciertos "dotados" poseen la facultad de verla, como por ejemplo los niños a quienes el sacerdote, por error, ha bautizado usando óleo de los difuntos. La gran mayoría solo puede sentirla o intuirla por el terror de los animales.

Cómo escapar de la Santa Compaña

  • Abrir los brazos en cruz y pronunciar Jesucristo cuando le vayan a dar la cruz.
  • Responder "Cruz ya tengo" cuando el vivo que lleve la cruz intente dar la cruz, diciendo "te toca a ti" o "toma tú".
  • Llevar los brazos cruzados.
  • Acostarse boca abajo.
  • Rezar en alto, sin escuchar los cánticos de la Santa Compaña.
  • Llevar las dos manos ocupadas, con una piedra, un palo, etcétera.
  • Cuenta la leyenda que la Santa Compaña no tendrá el poder de capturar el alma del mortal que se cruza con ella si este se halla en los peldaños de algún cruceiro.
  • Portar una cruz y lograr esgrimirla a tiempo
  • Dibujar con tiza un círculo en el suelo y meterse dentro mientras la Santa Compaña pasa
  • Escapar corriendo.

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