Teresa Romero ya es hija adoptiva de Becerreá

"En esos días en que estaba más muerta que viva soñaba con las fuentes y manantiales de Becerreá", indicó la enfermera que superó el ébola, que tuvo palabras de agradecimiento para su madre, su marido y los sanitario del hospital Carlos III. También se acordó de su perro Excálibur
Teresa Romero y Manuel Martínez
photo_camera Teresa Romero y Manuel Martínez

Teresa Romero, la enfermera que se contagió del virus del ébola en Madrid y que superó la enfermedad tras 16 días entre la vida y la muerte, recibió este sábado el título de hija adoptiva de Becerreá.

En un acto que arrancó a las 19.00 horas en la Casa da Cultura del municipio lucense, Romero, nacida en Madrid, fue reconocida por los vecinos de la localidad en la que vive su madre, a quien le quiso agradecer "esa paciencia de la que aprendo y admiro".

"Esta distinción no sería posible sin el trabajo de mis compañeros del hospital Carlos III; desde aquí tengo que deciros que sois los mejores profesionales", dijo la enfermera dirigiéndose al público, entre el que se encontraban su madre y su hermano.

Romero hizo un emotivo discurso en el que recordó el tiempo en el que estuvo "más muerta que viva" en un hospital de Madrid. Expresó su agradecimiento y ha dicho que siempre se sintió "apoyada y defendida" por el equipo del alcalde, máxime cuando no dudaron en gritar "Teresa somos todos".

Pese a no haber nacido en Becerreá, ha confesado su pasión por el núcleo poblacional gallego, con el que tiene una estrecha vinculación desde siempre: "Por mis venas corre sangre gallega y siento ésta como mi casa".

Se ha dirigido a su madre, Jesusa, y a su marido, Javier Limón, para reconocerles en público su apoyo y tampoco se ha olvidado de los anónimos que le han enviado cartas "desde distintas partes del mundo" ni de los trabajadores de la sanidad pública. No ha desaprovechado la ocasión de recordar a su sacrificado perro Excálibur, que llegó "al corazón de mucha gente" y ha dicho que su conciencia está tranquila.

También ha rememorado los días negros en los que estuvo o ingresada en una habitación de hospital. "Soñaba con las fuentes y manantiales de Becerreá", ha apuntado, y ha hecho un silencio antes de referirse, de nuevo con gratitud, a esta localidad de la montaña lucense a la que siempre ensalzará, al igual que hizo en aquellos días de "mala suerte".

El alcalde, Manuel Martínez, ha aplaudido a Teresa Romero por tener presente a Becerreá en aquellas jornadas. Sobre el nombramiento de hija adoptiva, ha comentado el primer edil que no es "un regalo", porque "te lo mereces", y ha enumerado las razones por las que se le ha concedido a Teresa Romero tal distinción, que solo ostenta otra persona, también profesional de la salud: solidaridad, coraje, entereza, valentía y dignidad.

Después del acto protocolario, está prevista una cena en la que participan los familiares y amigos de Teresa Romero, la propia homenajeada, y los ediles de la Corporación municipal de Becerreá, encabezada por Manuel Martínez.

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