Sobreseído el caso del tren Celta al concluirse que descarriló por exceso de velocidad

Los peritos advierten que el maquinista fallecido desatendió las señales ópticas y acústicas que le indicaban que debía aminorar la marcha
Un viajero sube al tren Celta en la estación de Campanha. AGN
photo_camera Un viajero sube al tren Celta en la estación de Campanha. AGN

El Juzgado de Instrucción número 2 de O Porriño ha acordado el sobreseimiento provisional, con reserva de acciones civiles a los perjudicados, de la investigación sobre el accidente del tren Celta que descarriló en la localidad pontevedresa en septiembre de 2016.

Así, la jueza considera en el auto, contra el que cabe presentar recurso, que la causa del accidente fue "el exceso de velocidad del tren", cuya responsabilidad atribuye "en exclusiva en la imprudencia del maquinista" fallecido, un varón de 50 años de edad y con una antigüedad como maquinista de 21 años.

De esta forma, entiende que esta circunstancia fue fruto de una "conducción desatenta a las circunstancias de la vía y a su señalización". "Incluso podría indicarse que, si se hubiese observado la velocidad de itinerario marcada con carácter general en el tramo, el tren no habría descarrilado", añade la magistrada.

El accidente del Tren Celta ocurrió el 9 de septiembre de 2016. En él fallecieron cuatro personas –el maquinista, el interventor en ruta y dos pasajeros–, y otras 47 resultaron heridas, 13 de ellas de gravedad.

Si bien la instructora considera que los hechos "pudieran ser constitutivos" de cuatro delitos de homicidio por imprudencia grave profesional y 47 de lesiones por imprudencia grave profesional, el fallecimiento del conductor determina la extinción de la responsabilidad penal.

EXCESO DE VELOCIDAD 

La jueza señala que "el informe definitivo de los peritos judiciales coincide en descartar en la génesis del accidente más contribución causal que la que deriva del exceso de velocidad de entrada del tren en la estación de O Porriño, siendo esa la única causa del siniestro". 

Tal y como consta en el auto, el 9 de septiembre de 2016 el tren Celta, un tren de viajeros, realizaba el trayecto entre Vigo y Oporto. En su recorrido, pese a las señales de la vía, el maquinista "no reduce velocidad para su paso por los cambios de entrada sin exceder de 30 km/h, sino que el tren continúa incrementando su velocidad".

De esta forma, al llegar a la entrada de la estación, "el tren circula a una velocidad real de 110 km/h". Unos metros más adelante, "descarrila" e "impacta frontolateralmente contra el estribo del paso superior de la carretera N-120".

OTROS ELEMENTOS

Asimismo, la instructora concluye, "sin ningún género de duda, que el material móvil no tuvo incidencia alguna en el acaecimiento del accidente, ni tampoco en el agravamiento de sus consecuencias, y que las instalaciones se acomodaban a la normativa de seguridad o normas técnicas seguidas en el ámbito ferroviario".

A ello añade que no existe "el más mínimo indicio, atendiendo a lo informado por los peritos judiciales, de que algún elemento de la infraestructura pudiera haber supuesto una causa o factor influyente en el accidente". Además, los técnicos de la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF) descartaron "tanto un problema de frenado del tren como un fallo de la señalización".

"La causa directa, inmediata y que decididamente ha desencadenado el desgraciado accidente fue el exceso de velocidad, ya que el maquinista fallecido no cumplió la orden que le transmitía la señal 1532, y el hecho de haber reconocido las señales ópticas y acústicas del ASFA (sin tomar ninguna acción), impidió la aplicación del freno de emergencia", concluye.

ESTADO DE LA VÍA 

La jueza también explica en la resolución que el día anterior al siniestro se detectó en O Porriño un tipo de fallo considerado grave, pues se mostraba una vía como "libre" cuando realmente estaba ocupada. Dos operarios inspeccionaron el lugar, "sin detectar anomalías"; además, se realizaron varios pasos y cruces de trenes por vías de la estación, pero en ningún caso se reprodujo el fallo.

Así, el tren Celta fue escogido por uno de los trabajadores del puesto de mando de Ourense y autorizado por su jefe, que estaba investigado en la causa, para verificar al día siguiente que no se reproducía el fallo.

"Este procedimiento (hacer pasar un tren similar, observando la respuesta de los circuitos) es el habitual para la verificación de incidencias de este tipo. Por otra parte, debido al accidente producido (y los trabajos de reparación posteriores), no ha llegado a verificarse que hubiese un problema en el circuito de vía", finaliza la jueza.

Comentarios