Sargadelos cambia el paso

El pasado miércoles el consejero delegado del Grupo Sargadelos lanzó un mensaje de esperanza pero fue muy claro con respecto a la situación en la que se encuentran: "De momento solo salvamos una bola de partido". Parecía estar esperando esa oportunidad porque se despachó a gusto con quienes a su juicio fueron poniéndole piedras en el camino. "Si fuera por ellos, no estaríamos aquí", dijo de los sindicatos, a los que acusó de entorpecer la recuperación de la empresa y no se anduvo con remilgos con respecto a sus movimientos del pasado: "Si sus reclamaciones hubieran ganado en los tribunales, ahora estaríamos en proceso de liquidación".

Esa situación a la que se refiere no está aparcada, pero sí se ve algo más lejos. Desde que Segismundo García asumió la dirección empresarial, se metió en ella de lleno y como resultado abrió líneas de negocio nuevas y dio una vuelta completa a todo lo que podía y seguramente a cosas que no debería. Pero le salió bien y consiguió cerrar 2015 con beneficios.

Pero ya lo dijo él: solo fue una bola de partido. Para afrontar el resto, trabaja en cosas impensables hace unos años. Se va a deshacer de dos edificios emblemáticos como son el Igi, a las afueras de Santiago, y su edificio en el casco histórico compostelano. Él mismo concedió que, si bien valdrían unos 11 millones en los buenos tiempos, ahora tocará negociar por ellos y sacar un dinero con que hacer frente a las demandas de los bancos.

MARCA BLANCA. Luego está la idea que está desarrollando de sacar una marca blanca. No habló mucho de ella, pero sí lo suficiente como para conocer por dónde irán los tiros. Para empezar, nada del azul cobalto marca de la casa. Tiene que ser algo que tampoco tenga la misma calidad que el original y un diseño diferente. Y, obviamente, un precio muy inferior.

¿Cómo sacará esto adelante? No dejó muchas pistas Segismundo García al respecto, pero sí dijo cosas para hacerse una idea. Sembró cierta tranquilidad al insistir en su intención, ya conocida, de que no quiere cerrar ninguna de las dos fábricas, ni la de Sada ni la de Cervo que da nombre al grupo. Pero sí dejó claro que bajo su punto de vista con el funcionamiento actual del mercado ya no tiene sentido que continúen trabajando ambas en la misma línea. De modo que, dijo, se dispone a avanzar en su "especialización".

Parece razonable pensar por lo tanto que una de ellas asumirá esa nueva producción. No debería ser ningún problema porque no hace tanto tiempo que el fantasma del cierre definitivo sobrevolaba a una plantilla que ya tuvo que ver cómo setenta de sus compañeros se iban a la calle.

De hecho, ahora no hubo manifestaciones al respecto de las nuevas intenciones de la dirección por parte ni de los trabajadores ni de los sindicatos, pese a los mandobles que recibieron.

NUEVOS PASOS. Segismundo García lleva ya un tiempo explorando nuevas vías de negocio. Por ejemplo, opera con muchas más tiendas en todo el mundo, aunque modificó el modelo y ahora son una especie de colaboradores que venden sus productos.

Fue dando también otros pasos para tratar de acercarse a puntos de venta que hasta el momento eran inaccesibles para ellos, como por ejemplo una empresa tan importante como El Corte Inglés, donde consiguió meter la cabeza con todo lo que ello implica a nivel de repercusión.

Aunque aquí no había ninguna duda al respecto, también luchó para conseguir que se reconociese la calidad de sus diseños. Esto se logró con la selección que de los mismos hizo la prestigiosa firma ‘Wallpaper’ para incluirlos entre los que considera los mejores del mundo.

Sargadelos se coló en los televisores de España entera cuando una de sus figuras apareció detrás del rey en su recepción a los diferentes líderes políticos tras las elecciones generales del 20 de diciembre.

También está por ver si se lanzará al mundo de la moda después de que algunos de sus diseños apareciesen por sorpresa como inspiración en algunas colecciones y en diversos pases de modelos.

Con todo ello, Sargadelos espera seguir salvando bolas de partido y así conseguir seguir en el juego por muchos años.