Los restaurantes que sirvan cenas tendrán que usar desde este viernes el medidor de CO2

La recién creada Hostalería Federada Galega pide más tiempo para las normas y diálogo frente al "sobresalto" con cada DOG
Una pareja disfruta este viernes en Lugo de una cena en un restaurante. XESÚS PONTE
photo_camera Una pareja disfruta en Lugo de una cena en un restaurante. XESÚS PONTE

La entrada en vigor del nuevo toque de queda a las 23 horas en Galicia propició la apertura de los restaurantes el pasado viernes para el servicio de cenas, eso sí, los comensales además de pedir cita previa o reservar y registrarse en el local con sus datos, deben abandonarlo con el suficiente tiempo de antelación para regresar a sus domicilios.

La otra novedad, la obligación de contar con un medidor de CO2 en el local -junto con medidas de ventilación-, entra en vigor este viernes, con una semana de margen para que se pudiesen comprar los aparatos en el caso de que no se tuviesen ya antes.

Fuentes de la Consellería de Sanidade han confirmado a Europa Press que esta obligación entra en vigor este viernes sin lugar a prórroga, como sí sucedió con el código QR, al respecto de lo que los establecimientos de hostelería advirtieron de dificultades para contar con el dispositivo a tiempo.

En todo caso, la obligación del dispositivo solo es para los establecimientos con licencia de restaurante que sirvan cenas, por lo que están eximidos el resto de locales que cierran a las 21,00 horas, momento general de cierre de la hostelería por el momento.

En todo caso, esta federación ha señalado que "el problema en sí mismo" no es la instalación de este aparato, sino que la Xunta "pida algo tan técnicamente complejo"

Al respecto de la instalación de estos dispositivos, se ha pronunciado la recién constituida Hostalaría Federada Galega, que aglutina a 13 asociaciones de hosteleros de toda Galicia y unos 4.000 establecimientos.

"SOBRESALTO". "Hubo de todo. Hubo quien no llegó, quien no puede ponerlos, quien los puso y no tuvo problemas...", ha indicado este jueves, día en que entregaron sus estatutos en el registro de la Xunta.

En todo caso, esta federación ha señalado que "el problema en sí mismo" no es la instalación de este aparato, sino que la Xunta "pida algo tan técnicamente complejo que hace que exista de repente una demanda". Así, han advertido de que un aparato que tiene un precio, ante el incremento de demanda, pasa de un "0,1 a un 210 por ciento".

"Las cosas hay que hacerlas de otra forma, es nuestra forma de verlo. Hay que hablarlo, la comunicación es importante. No podemos vivir con este nivel de sobresalto y cada vez que sale un DOG no dormir. No puede ser", han sentenciado.

Comentarios