La responsabilidad conduce al futuro

Una de las lecciones que deja la pandemia es la importancia de la responsabilidad individual y colectiva para salir adelante. Una filosofía que ahora Sogama aplica en su nueva campaña para ayudar a la reactivación económica y social de Galicia: ‘Actúa con responsabilidade ambiental para contribuír á recuperación
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photo_camera Los ciudadanos tienen acceso a todas las campañas de concienciación de Sogama en la web www.sogama.gal

En su nueva campaña, la Sociedade Galega do Medio Ambiente (Sogama) vuelve a tirar de consejos para aplicar en el día a día con los que, a base de insistir, consigue que el mensaje acabe calando y se modifiquen algunos hábitos perjudiciales para el medio ambiente y, consecuentemente, para todos.

1. En la compra

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► Antes de comprar a lo loco se debe revisar la despensa, la nevera y el congelador para no acumular cosas sin más. Y acostumbrarse a mirar la fecha de caducidad y consumo preferente en la tienda, pero también en casa, para ordenar de forma que los productos más perecederos antes estén delante. El orden evita el desperdicio.

► Hacer una lista de lo que verdaderamente se necesite y ceñirse a ella. ¡Y mucho ojo con la ofertas!

► Evitar los sobreenvasados ya que con ellos se compran residuos. Y jamás dejarse guiar por aspecto o razones estéticas. Los alimentos feos son igual de sabrosos y lo más importante: igual de nutritivos.

► Optar siempre por productos de proximidad y de temporada. Su coste es menor, se propicia una disminución de las emisiones de CO2 derivadas del transporte y se apoya la economía local.

► Llevar el tradicional carrito de la compra o la bolsa reutilizable: nunca la de plástico de un uso.

2. En los desplazamientos

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► Hay que priorizar siempre ir a pie o en bicicleta a todos los sitios que se pueda por su doble beneficio: menos contaminación y mejor salud y forma física.

► En trayectos largos optar por el transporte público: es más cómodo, en ocasiones más rápido y se evita buscar aparcamiento.

► Si no queda más remedio que utilizar el vehículo particular, apostar por compartirlo entre varias personas y aplicar una conducción suave por ser más eficiente a nivel ambiental.

3. En el hogar

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► El agua constituye hoy uno de los bienes más preciados y escasos del planeta, así que hay que reducir al máximo su consumo, algo que se puede conseguir con varios gestos sencillos. Ducharse en lugar de bañarse puede ahorrar hasta 60 litros, igual que no dejar el grifo abierto mientras te enjabonas o te lavas los dientes. También se pueden colocar ahorradores de agua en grifos para disminuir hasta un 50% el consumo. Por último, conviene revisar las fugas, porque un grifo que gotea desperdicia 30 litros de agua al día.

Pero más allá del simple consumo de agua, hay malos hábitos cotidianos muy arraigados que se pueden corregir fácilmente, como no usar el fregadero como vertedero, algo que se consigue retirando los restos más abundantes de platos, sartenes y ollas antes de lavarlos —con el lavavajillas lleno o programas ecológicos de media carga—. Y lo mismo ocurre con el inodoro: tampoco es un contenedor ni una papelera, ya que los desperdicios que se tiran por ahí pueden provocar grandes problemas en las plantas depuradoras, ríos y océanos, como se vio con los atascos de las toallitas.

Para evitar eso, lo mejor es separar bien los residuos en origen, depositando cada fracción en su contenedores: amarillo para envases de plástico, latas y bricks; azul para papel y cartón; iglú verde para los envases de vidrio; y verde genérico para los desechos no reciclables. El reciclaje y sus beneficios solo son posibles con colaboración ciudadana.

► En el hogar también se puede ayudar y mucho con la luz. Además de aprovechar al máximo la luz natural —las paredes claras aumentan la luminosidad— hay que abrir las persianas durante las horas de sol para aprovechar el calor y cerrarlas durante la noche.

Tener limpias las lámparas y bombillas logra más luminosidad sin aumentar potencia ni gasto. Además, la tecnología LED en las bombillas, pese a ser más cara, consume un 10% menos y dura 8 años más de media, así que se debe de apostar por ella en aquellos al menos puntos de luz que se encienden más de 4 horas al día.

Sobre la corriente eléctrica, cumplir con el mantenimiento de los electrodomésticos es fundamental, ya que retirar el hielo de la nevera reduce el consumo y alarga la duración. Además, hay que tender la ropa en el exterior siempre que se pueda para no abusar de la secadora. Y ojo con dejar los pilotos de los aparatos enchufados en stand by —modo de espera— porque también consumen energía.

► En cuanto a la temperatura del hogar, aislar bien paredes, techos, ventanas y tuberías evita la fuga de calor, igual que tener a punto puertas, persianas y marcos. Y hay que evitar el gasto innecesario de calentar estancias que no se usan. Además, no se debe nunca abusar de la calefacción, una costumbre muy arraigada. El termostato a 20 grados es suficiente par ano sobrecalentar la casa. Y en verano, la temperatura de confort son 25 gratos, así que bajarla con aires acondicionados dispara el gasto y el consumo.

► Por último, también se puede ayudar al medio ambiente desde la cocina de nuestras casas congelando alimentos antes de tener que tirarlos, tapando las cacerolas al cocer y bajando la potencia del fuego una vez entre en ebullición, no precalentar el horno para comidas que requieran más de una hora de preparación y, sobre todo, no desperdiciar alimentos: hay que cocinar solo lo que se necesite y reciclar lo que sobre.

4. En el tiempo de ocio

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► Fuera del hogar, y del trabajo cada ciudadano también puede aportar su grano de arena en la protección del planeta y en la suya propia, porque el catálogo de hobbies y ocio es tan amplio que hay opciones para todos.

► El deporte es una opción siempre recomendable y más si se hace al aire libre: correr, hacer senderismo, montar en bici, todas las actividades acuáticas...

► La lectura es otra opción interesante por su capacidad para evadirse de la vida cotidiana y reducir el estrés. Y muy económica.

► Una opción muy divertida y entretenida es llevar el reciclaje un paso más allá a través de la creatividad. Muchos materiales de desecho permiten fabricar objetos prácticos para el día a día, pero también obras de arte, elementos de decoración... El único límite es la imaginación. Y aplicando esta misma filosofía, con la facilidad que hay hoy de acceso a todo tipo de tutoriales, cualquiera puede convertirse en casa en un ‘manitas’: así que si se rompe algo, intenta arreglarlo antes de tirarlo.

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