La recreación del crimen del luso acaba en bronca entre los acusados

Los agentes tuvieron que intervenir para que no llegasen a las manos tras inculparse. Dos de ellos no hablaron y uno se contradijo
Dos agentes simulan un 'mataleón' como el que los asesinos pudieron hacer a la víctima. SALVADOR SAS
photo_camera Dos agentes simulan un 'mataleón' como el que los asesinos pudieron hacer a la víctima. SALVADOR SAS

Entre fuertes insultos que este medio prefiere no reproducir e invitaciones mutuas a "decir la verdad de una vez" que obligaron a los agentes a intervenir para evitar males mayores. Así acabó este viernes la reconstrucción de uno de los crímenes más enigmáticos de la crónica negra gallega, el de Carlos Alberto Videira, el portugués hallado muerto en un pozo en una nave abandonada en O Porriño, que a la postre se convirtió en un hito en la medicina forense al ser el primer cadáver en ser identificado en Europa por la técnica de aproximación facial.

Este viernes una comitiva judicial y policial se presentó con los tres sospechosos —dos están en prisión como presuntos autores y el otro, el supuesto delator, libre— en una nave industrial en Cabral, tan desvencijada como el tétrico almacén donde habrían asesinado al ciudadano portugués antes de arrojar su cadáver a un pozo, en una secuencia que recuerda de forma sobrecogedora al crimen de Diana Quer a manos de José Enrique Abuín Gey El Chicle. Además, el cuerpo del luso también se saponificó por estar tanto tiempo sumergido en agua —dos años y medio—, como el de la joven madrileña.

Lo cierto es que la reconstrucción no animó a hablar a los implicados. De hecho, solo uno de ellos accedió a hablar, y se trata del único sospechoso que no está en prisión preventiva, Sergio L.M., se dedicó a reiterar su inocencia una y otra vez, aunque incurrió en contradicciones. Los encarcelados, Roberto D.M. y Marcos David V.E., mantuvieron su mutismo.

Así, Sergio sostiene que en la mañana del 13 de octubre de 2018 dejó a su hijo en una cafetería de la calle Ramón Nieto de Vigo y fue a buscar a la víctima a otro local, en la misma calle. A continuación, se dirigieron a la nave de Severino Cobas donde el investigado hacía tareas de reparación de coches.

Sobre los motivos de esa cita, ofreció varias explicaciones: que había quedado con la víctima para cerrar una operación de compraventa de chatarra y, en otra versión, que lo había convocado, obligado por los otros dos sospechosos, a quienes Carlos Alberto había estafado. En su declaración aseguró que los otros dos investigados habían agredido y engrilletado al hombre y se lo habían llevado en un furgón de Sergio, supuestamente para dejarlo desnudo en Portugal, tras lo que regresaron a devolverle el vehículo.

También incurrió en versiones diferentes acerca de los vehículos que utilizó para hacer estos movimientos, sobre la presencia o no de su hijo cuando la víctima fue introducida en el furgón, o sobre su relación con los otros dos sospechosos, de quienes dijo que no los conocía, aunque luego admitió que sí tenía relación con ellos.

"Fueron ellos"

Sergio, tras manifestar que "ni de coña" cree que los otros dos sospechosos quedarán en libertad —como ha solicitado su abogado—, lo que le ofrece tranquilidad de cara a sus declaraciones, reconoció que no podría asegurar que fueron los autores de la muerte de Carlos Alberto. "Lo que no sé es si fueron ellos o tuvieron un encargo de otra persona", apuntó.

Este investigado volvió a repetir que no habló antes con la Policía porque Roberto y Marcos David lo amenazaron a él y a su hijo —que también estuvo detenido, junto a una familiar, y ambos quedaron libres en sede policial—.

Reconstrucción del crimen del pozo de O Porriño. SALVADOR SAS
Reconstrucción del crimen del pozo de O Porriño. SALVADOR SAS

"Quedarán libres"

 El abogado Manuel Carpintero, que defiende a los dos investigados que están en prisión provisional, mostró su confianza en que éstos sean excarcelados próximamente: "Quedarán libres ante la falta de indicios".


"Era buen chaval, pero estafó a mucha gente"

Sergio, el investigado por el crimen que se encuentra en libertad, hizo gala este viernes de una gran locuacidad. Se explayó especialmente acerca de las actividades supuestamente delictivas de la víctima, relacionadas con irregularidades en la compraventa y arreglo de coches. "Carlos era un buen chaval, pero estafó a mucha gente", observó. "Yo, de hecho, lo dije en su momento, y lo echamos de la nave", apostilló, en relación a un negocio que tuvo durante un tiempo en común con la víctima relativo a los coches.

Estaba denunciado

La hemeroteca policial constata que Carlos Alberto, de 39 años, tenía varias denuncias por supuestas estafas de compraventa de coches. Además, operaba en un taller ilegal.