Agentes de la Policía Nacional están rastreando, de momento sin éxito, una finca situada en el municpio coruñés de Ribeira en busca de Diana Quer. El terreno no está a muchos kilómetros de donde desapareció la joven madrileña en agosto del pasado año, en el cercano municipio de A Pobra do Caramiñal. El rastreo, según informa el programa 'Espejo público' (Antena 3), también se ha realizado en la playa de Coroso y , para ello, se emplean perros policías y un georradar de la Universidade de Santiago.
Las tareas de búsqueda arrancaron el pasado domingo después de que un vecino informase de movimientos extraños en esa zona, cerca de la escuela náutico-pesquera.
El abogado de la madre de la joven desaparecida el 22 de agosto de 2016, Pedro de Bernardo, manifestó su "sorpresa" ante este nuevo testimonioy ante las labores de búsqueda. De todos modos, remitió a la Policía Judicial, que es "quien lleva la investigación"
EL MÓVIL. El abogado de Diana López Pinel, la madre de Diana Quer, también aseguró que aún no se ha iniciado el análisis del contenido del móvil de la joven después de que se haya logrado desbloquear.
"El análisis será laborioso y los resultados tardarán", ha destacado el letrado Pedro Víctor de Bernardo a Europa Press. Gracias a la ayuda de una empresa israelí, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha conseguido desbloquear y acceder al contenido del teléfono móvil iPhone 6 de la joven desaparecida.
La madre de Diana Quer afirmó el pasado jueves que los agentes de la Guardia Civil le comunicaron que habían hecho un volcado de la memoria del teléfono hallado el 27 de octubre por un mariscador en la ría en las inmediaciones del muelle de Taragoña, en el municipio coruñés de Rianxo.
Previamente, el día 3 de julio, los investigadores habían explicado a Diana López Pinel que el celular se sometería en Múnich (Alemania) a un intento de desbloqueo con un software de la empresa israelí Cellebrite, la misma compañía que consiguió acceder al teléfono iPhone del terrorista de la masacre terrorista de San Bernardino (California), ante la negativa de colaboración de Apple.
