Quintana presenta una dimisión anunciada

Menos de quince minutos es lo que ha tardado Anxo Quintana en anunciar la dimisión de la Ejecutiva Nacional del partido en pleno. El hasta ahora portavoz de la formación nacionalista, y vicepresidente de la Xunta, ha abierto el Consello Nacional con un modesto discurso en el que ha pedido perdón por los posibles errores cometidos, para dejar claro que no volverá a optar a la portavocía nacional.

Quintana ha acatado así las peticiones que llegaban desde su propio partido. Su predecesor, Xosé Manuel Beiras, ha mostrado hace unas semanas la posición del Encontro Irmandiño, corriente dentro del BNG que él lidera. Pidió una profunda reflexión dentro de la organización en la que todos los militantes tengan protagonismo, y la dimisión de todos los integrantes de la actual Ejecutiva, dimisión que ha llegado este sábado.

Dimisión y reflexión
Las tres medidas para salvar la ''grave crisis del nacionalismo organizado'' tras las elecciones del 1-M que expuso el político nacionalista muestran de modo claro cuál es la idea de esta corriente crítica sobre cómo debe funcionar una organización nacionalista.

La primera de ellas ha sido la dimisión urgente de los integrantes de la Ejecutiva Nacional, lo que considera ''un ejercicio de salud democrática indispensable''. La segunda, la práctica real de la autocrítica.

La realidad es que la organización nacionalista lleva varios años bajando en el número de votos, por lo que Beiras cree que ''no se puede continuar el método de atribuir siempre las pérdidas de electorado a causas externas''.

Amplia participación en la refundación
Por su parte, Quintana también ha hecho sus propuestas. El de Allariz ha pedido una asamblea por delegados que se celebre "de acuerdo con los Estatutos del BNG", llamando a que sea "lo más amplia posible".

Es esta la propuesta más espinosa, ya que sectores críticos como el citado Encontro Irmandiño o el Movemento Pola Base piden que toda la militancia tenga voz; la dirección propone al respecto "un proceso participativo en la base de las asambleas comarcales", para que luego acudan a la Asamblea Extraordinaria al menos 2.500 delegados. En esta línea, Quintana dejó caer que el primer fin de semana de mayo sería la fecha idónea para este debate nacional.

Llamada de unión contra el PPdeG
Además de pedir perdón, en su corta intervención el vicepresidente en funciones de la Xunta ha llamado a la autocrítica. Pidió "evitar las flagelaciones" y llamó a la militancia a mantener la unidad del partido para evitar una segunda victoria del Partido Popular en las urnas. A juicio del nacionalista, ello significaría "que, derrotado el gobierno, derrotar que haya una alternativa al PP de por vida". Y sentenció: "permitir eso sería un suicidio".

La intervención que terminó con aplausos arrancó con una reflexión de los resultados del 1 de marzo. Quintana reconoció que los cuatro años de bipartito no fueron capaces de crear "una cultura de coalición en la sociedad gallega", pero también culpó de la bofetada en las urnas a la "sucia campaña" del PPdeG.

''Mucho trabajo, y muy bueno''
De su paso por la Xunta (Quintana lideró el único paso de los nacionalistas por el Gobierno gallego), el alaricano admitió que "sin duda, hemos cometido errores", pero defendió su actuación señalando que el trabajo hecho "ha sido mucho y muy bueno".

En este sentido, aprovechó para arremeter contra los anuncios del presidente electo, el popular Alberto Núñez Feijoo, sobre las galescolas, el decreto del gallego, el Consorcio do Benestar y el concurso eólico. Fue la defensa de una adjudicación "transparente" la que arrancó los primeros aplausos de los asistentes, que se prolongaron hasta que Quintana se apartó de los micros.

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