La Xunta de Galicia inicia el Proyecto Mil Ríos para mejorar un total de 470 kilómetros de 50 cursos fluviales y aumentar así su capacidad de respuesta ante el cambio climático, con una inversión global de 5 millones de euros de fondos europeos.
En la víspera del Día internacional de acción por los ríos, la conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, junto con la directora general de Patrimonio Natural, Belén do Campo, ha presentado este domingo junto al Ulla, en Vedra (A Coruña), las primeras actuaciones del proyecto a los alcaldes de los nueve ayuntamientos por los que pasa este río, así como la varias asociaciones de pesca y medioambientales.
Según explica la Xunta en una nota de prensa, los trabajos consistirán en la mejora de la vegetación de ribera mediante la eliminación de especies exóticas invasoras y la plantación de especies autóctonas, así como suprimir obstáculos y optimizar los dispositivos de franqueo.
El Ulla es uno de los primeros ríos en los que se actuará, en concreto en 11 tramos diferentes a su paso por el ayuntamientos de Padrón, Pontecesures, A Estrada, Teo, Vedra, Boqueixón, Silleda, Vila de Cruces y Touro, que suman 38,4 kilómetros fluviales y que representan 57,5 hectáreas de superficie.
En este río se pretende eliminar especies exóticas invasoras, como la acacia negra, falsa acacia y mimosas, que –junto con la fragmentación de los hábitats– suponen una de las principales amenazas de la biodiversidad gallega.
Críticas desde asociaciones ecologistas
Numerosas asociaciones ecologistas aprovechan la celebración del Día Mundial de Acción en la Defensa de los Ríos, que se conmemora este lunes, para denunciar el "lamentable estado" de "muchos" ríos gallegos por el impacto "gravísimo" de la minería.
Las organizaciones critican que Augas de Galicia y la Dirección Xeral de Recursos Naturais, a pesar de ser conocedores de esta situación, mantienen una "total inacción" frente a la contaminación "causada por las explotaciones mineras".
Asimismo, acusan a la administración autonómica de "esconder" el estado real de las masas de agua afectadas con la localización de las Estaciones del Programa de Control Operativo, ya que muchas de ellas se sitúan a "mucha distancia del foco de contaminación". Además, critican la "ausencia total" de inspecciones y sanciones, por lo que aseguran que no es posible realizar un control "adecuado" de la contaminación procedente de las explotaciones mineras.
Sobre esto, ponen como ejemplo algunos lugares que sufren esta afectación como la Mina de Touro, la de Varilongo o la de San Finx.
