La Policía descarta la implicación de terceros en el crimen de Chapela

Los agentes sostienen que la víctima ya estaba muerta cuando fue amordazado ► Testigos afirman en el juicio que el acusado no era "de fiar"
El acusado de matar a un hombre en Redondela en 2021, este lunes en el juicio. SALVADOR SAS (Efe)
photo_camera El acusado de matar a un hombre en Redondela en 2021, este lunes en el juicio. SALVADOR SAS (Efe)

La Policía cree que la víctima del crimen del Chapela, Roberto C.P., ya estaba muerto cuando fue amordazado, y ha descartado la implicación de terceras personas en esa muerte al margen del único acusado, Manuel M.B., que está siendo juzgado esta semana en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo. 

El jefe del grupo de Homicidios de la Comisaría de Vigo-Redondela, entre otros agentes, ha prestado declaración este martes como testigo-perito y ha señalado que el cadáver de Roberto, que fue encontrado el 30 de enero de 2021, tenía las manos y los pies atados con cinta de embalar, y la boca amordazada con la misma cinta. Al respecto, ha señalado que a los investigadores les llamó la atención que esa cinta no estaba deformada ni estirada, por lo que sostienen que la víctima no se resistió cuando se la pusieron, debido a que ya estaba fallecido. 

Esta afirmación, que también han trasladado otros agentes de la Policía Judicial, contradice la declaración de Manuel M.B., que sostuvo ante el tribunal que había atado a Roberto, que le vendía habitualmente cocaína, para reducirlo en un forcejeo y poder buscar droga, ya que éste se negaba a fiarle. Asimismo, aseguró que, cuando se fue de la casa Roberto estaba "con vida", aunque cerró la puerta con llave y se llevó el móvil de la víctima. "Lo que no tiene sentido es que diga que lo dejó vivo, pero que se llevó su teléfono y sus llaves. Eso se hace para encubrir algo", ha afirmado el jefe de Homicidios. 

Por otra parte, los agentes que han prestado declaración han señalado que, en el marco de la investigación, no encontraron indicios objetivos que señalaran que el acusado fue a casa de Roberto en compañía de otra persona, o que otra persona hubiera estado en el domicilio de la víctima después de que se fuera Manuel M.B.

Teléfonos y ADN

Los funcionarios también ha explicado que, tras aparecer el cadáver de Roberto, iniciaron las pesquisas entrevistándose con los allegados del fallecido, y analizando los tráficos de llamadas y posiciones de los terminales. Así, pudieron comprobar que la última llamada que la víctima había contestado fue realizada por el acusado a las 22.17 horas del 27 de enero y que, poco después, los teléfonos de ambos estaban posicionados en el ámbito de cobertura de la misma antena, en la casa de Roberto. 

Unos 40 minutos después, el móvil de Roberto recibió varias llamadas, pero éste ya no respondió. En ese momento, han señalado los testigos policiales, el teléfono de la víctima ya no estaba en su domicilio, sino que sus datos eran captados por otra antena, próxima a la vivienda del acusado. 

Tras contrastar los datos facilitados por las compañías telefónicas, los investigadores constataron que "el teléfono del acusado es el único que está junto al de la víctima, a la vez, en los dos domicilios".

Por otra parte, los servicios de Policía Científica encontraron huellas y ADN tanto en la cinta de embalar que tenía el cadáver como en un trozo de guante que apareció debajo del cuerpo de Roberto. Las muestras coincidieron con las extraídas del sospechoso. 

Declaran amigos, clientes y familiares

Testigos que han prestado declaración este martes en el juicio contra Manuel M.B., acusado de asesinar a su proveedor de cocaína en la parroquia redondelana de Chapela, en enero de 2021, han asegurado ante el tribunal que el procesado no era "de fiar" y que la propia víctima, Roberto C.P., había admitido que "no le gustaba".

En la jornada de mañana este martes, en el juicio que se celebra, con tribunal de jurado, en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, han prestado declaración varios testigos, entre ellos distintos amigos y clientes de Roberto, así como sus hermanas

Los amigos de la víctima han señalado que éste había trasladado su disgusto por el hecho de que Manuel M.B. fuera a su domicilio a comprar droga, aunque lo mantenía como cliente alegando que "es lo que hay". Uno de esos testigos, ha apuntado que el acusado no es "trigo limpio" y varios de ellos han admitido haber tenido problemas con él. 

Algunos de estos clientes, intentaron ponerse en contacto con Roberto después del 27 de enero (día en el que, supuestamente, fue asesinado) y éste no respondió a sus llamadas. De hecho, en sus declaraciones, varios explicaron que habían llegado a pasar por su casa y que vieron la luz encendida, escucharon música e incluso los ladridos del perro de la víctima, pero que Roberto no respondía a sus llamadas.

Con todo, los testigos han afirmado que Roberto nunca les trasladó que se sintiera amenazado por nadie o que tuviera miedo. "Era un pedazo de tío (...), amable, confiaba en la gente", ha afirmado uno de sus clientes que, como todos los demás que han declarado, ha reconocido que Roberto les "fiaba" en ocasiones la droga.

Sólo la familia tenía llaves

Todos estos testigos han aseverado que no disponían de llaves del domicilio de la víctima, lo que pone en cuestión el principal argumento del acusado, que admite que agarró por el cuello y amordazó y ató a Roberto, pero que estaba "con vida" cuando se fue de su casa en la noche del 27 de enero de 2021. Durante su declaración apuntó a terceros implicados, que habrían accedido al domicilio de la víctima después de él, y a pesar de que, cuando salió cerró con las llaves que le sustrajo al propio Roberto.

En la mañana de este martes también han comparecido como testigos tres hermanas de la víctima, que han ratificado que solo ellas tenían llave de casa de su hermano, pero que "nunca" las usaban porque Roberto vivía solo y ésa era "su casa". Las tres testigos han renunciado a ser indemnizadas, al igual que ya lo había hecho su otro hermano en la jornada de este lunes.

La Fiscalía acusa a Manuel M.B. de un delito de asesinato y pide para él 18 años de prisión. Mientras, su defensa, reclama la libre absolución al negar esta acusación y, alternativamente, pide que si es sentenciado, se le aplique la pena inferior en dos grados y en su mitad inferior, y se tenga en cuenta la confesión y sus problemas de salud mental diagnosticados, así como su adicción.