"Podemos estar aliviadas, pero sentimos el dolor de todas las familias"

Los allegados de Juan Padín y Eduardo Rial Padín mantienen silencio por respeto a quienes perdieron la vida
Gloria Padín, en la puerta de su casa. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Gloria Padín, en la puerta de su casa. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

Gloria Padín todavía no ha podido hablar ni con su hijo ni con su hermano, ambos a bordo del Playa Menduiña Dos, después del naufragio del Villa de Pitanxo. El patrón del barco que se fue a pique, Juan Padín Costas, y su sobrino, Eduardo Rial Padín, son dos de los tres supervivientes de la tragedia y permanecen a salvo, aunque la comunicación con sus familias no es fluida debido a las dificultades para conseguir cobertura en medio del océano mientras las labores para rescatar a los desaparecidos fueron interrumpidas este miércoles.

La familia de ambos evitaba este miércoles hacer declaraciones a la prensa y mostraban su solidaridad con las otras personas que han perdido a sus seres queridos en el naufragio. "Podemos estar aliviadas porque nuestros familiares están bien, pero sentimos el dolor de todas las personas que no saben nada de sus hijos o esposos, es un momento muy doloroso", explicaba Padín a los periodistas.

"Solo sabemos que tienen una hipotermia muy grande y que mi hermano llamó a su mujer este miércoles para decirle que estaban bien, pero nada más", explica. Tanto Gloria Padín como la novia de Eduardo Rial, Sara Prieto, se enteraron por las noticias del naufragio.

La familia regenta el bar A Toda Costa en Hío y Juan Padín, patrón del barco, tiene una casa rural en la misma zona denominada O Facho. Tanto el establecimiento hostelero como la casa rural permanecían este miércoles cerrados a cal y canto evitando la presencia de los medios y solo algunos vecinos hablaban de la tragedia vivida en aguas canadienses.

De hecho, Juan Padín está pendiente de jubilarse y esta era una de sus últimas campañas en alta mar. También Sara Prieto, pareja de Eduardo Rial, declaraba estos días que espera que su novio no vuelva al mar tras este susto. Rial es un marinero experimentado que lleva cinco años trabajando en el Villa de Pitanxo.

Él mismo reconoció a través de un mensaje a su pareja que las condiciones meteorológicas no eran buenas la noche del naufragio.

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