Pilar Rojo puntualiza en la Catedral que no es lo mismo "laicismo que no confesionalidad"

La presidenta del Parlamento, Pilar Rojo, designada delegada regia para efectuar la ofrenda en la misa solemne que este miércoles recordó la traslación de los restos del Apóstol Santiago, ha pedido al Santo "templanza y determinación" para superar estos momentos de "tribulación", donde la "oscuridad del radicalismo" pugna contra "la luz de la libertad". Ha apelado a la "sabiduría" del Apóstol Santiago, en un discurso en el que alternó gallego y castellano, para erradicar "el terrorismo" que en pleno siglo XXI se ha convertido en una "lacra", ante la que ha confiado, los demócratas "volveremos a triunfar", puesto que a ellos pertenecen "la verdad y la razón".

La respuesta a esta problemática, ha afirmado, debe ser "la unidad y el consenso" mediante "la construcción de un reflexionado equilibrio entre seguridad y libertad" que ayude a protegernos pero al mismo tiempo "salvaguarde el contenido esencial de nuestros derechos fundamentales". En esta ceremonia religiosa que preside el arzobispo Julián Barrio y que cada 30 de diciembre acoge la Catedral de Santiago, la presidenta del Parlamento ha defendido la necesidad de "enfrentarnos a los que solo buscan difundir el terror", lo que obliga a procurar soluciones eficaces "pero sin abandonar las exigencias de la tolerancia" para así mostrar "nuestra superioridad moral con relación a los asesinos intransigentes".

Durante su discurso ha agradecido esta designación como delegada regia en este acto, "este es el espíritu constitucional, ancorado en el principio de no confesionalidad, que es diferente al laicisimo, un principio que no contempla nuestra Carta Magna", ha señalado Pilar Rojo. Ha remarcado así, en la Catedral, el "testimonio de la construcción de Europa" porque todos tenemos "una deuda" con el fenómeno jacobeo "que no hay nunca que olvidar, tampoco por parte de los poderes públicos".

A este respecto, ha insistido en que "no podemos seguir tolerando la persecución que sufren los cristianos" por el hecho de ser cristianos, puesto que "la libertad religiosa es un derecho fundamental". Se ha referido también al "jubileo extraordinario" que este año tendrá lugar con motivo del Año de la Misericordia, del que "nos congratulamos" por el efecto que dicho año tendrá en nuestros corazones y en la ciudad de Santiago.

Durante su intervención se ha referido también a los problemas más incipientes de la sociedad actual, y ha pedido "protección" para los refugiados y los niños que, en los momentos difíciles, se muestran como "los más débiles y necesitados" cayendo incluso, ha advertido, en la explotación y la esclavitud. Asimismo, ha considerado "inadmisible" discriminación de la mujer, que todavía persiste, y vulnera claramente "la misericordia y la caridad".

La jefa del legislativo gallego, que abandona el cargo para integrarse en las filas de los diputados del PP en el Congreso, actúo como delegada regia en esta ceremonia por segunda vez puesto que ya lo había sido en el año 2012, en el que invocó al Apóstol para encontrar las mejores soluciones para la crisis. Esta ceremonia religiosa, que se comenzó a celebrar en 1109, tiene lugar todos los días 30 de diciembre, en recuerdo del legendario traslado de los restos del Apóstol desde el puerto de Jaffa, en Palestina, hasta las costas gallegas, donde fueron desembarcados en el muelle de Iria Flavia, en el municipio coruñés de Padrón.

Como es tradición, antes del oficio religioso, Pilar Rojo, acompañada por el alcalde de Santiago, Martiño Noriega, pasó revista a las tropas en nombre del Rey, en un acto celebrado en la plaza del Obradoiro y en el que estuvieron presentes cinco conselleiros de la Xunta de Galicia, y diferentes autoridades de la Comunidad.