Piden 8 años y medio de prisión para un traficante de drogas pontevedrés que encañonó a un policía

La sección cuarta de la Audiencia provincial de Pontevedra ha dejado visto para sentencia el juicio contra Serafín M.N., acusado de un delito contra la salud pública y otro de atentado por supuestamente vender heroína y enfrentarse a los efectivos de la Policía Nacional que pretendían identificarle en una investigación por tráfico de drogas. La Fiscalía ha solicitado que se le imponga una condena de ocho años y cuatro meses de prisión, pero él defiende su inocencia y asegura que en ese enfrentamiento con los agentes, en el que llegó a encañonar a uno de ellos y recibió en una pierna dos tiros, "anduvimos a golpes todos".

Los hechos que se han juzgado este jueves en Pontevedra tuvieron lugar en septiembre de 2015 en Vilagarcía. Según han relatado las partes en la vista oral, al ahora acusado estaba siendo investigado por dedicarse a la venta al menudeo de sustancias estupefacientes a consumidores de la zona. Aquel día, dos agentes vestidos de paisano que participaban en un operativo de vigilancia le vieron salir de casa y, según relataron ante el tribunal, se identificaron y le dieron el alto, pero él huyó.

El acusado asegura que salía de su casa en coche y, de repente, se dio cuenta de que se había olvidado la cartera y dio la vuelta. Al salir del vehículo para volver a la vivienda, dos hombres que no se identificaron empezaron a correr hacia él, de modo que él emprendió la fuga y saltó por un muro para llegar a su patio porque "no sabía quienes eran" y "tenía problemas con el exmarido de la chica con la que estaba". Al saltar, se hizo daño en la espalda y, cuando estaba tumbado, un policía le dio una patada y luego ambos intentaron engrilletarle.

Frente a esta versión, los dos agentes insistieron en el juicio en que se identificaron como policías, pero él escapó y en su huida tiró una bolsa que contenía heroína e intentó eludirles saltando un muro. Cuando se asomaron, le vieron "boca arriba e hiperventilando", de modo que uno de ellos saltó para ayudarle. Sin embargo el acusado mantiene que entre los dos agentes le tiraron al suelo y uno le disparó al pie.

Por su parte, los agentes declararon que no eran capaces de reducirlo y que en un momento dado, cuando uno de ellos se puso sobre él para intentar ponerle las esposas, le arrebató el arma reglamentaria y le encañonó con ella. El otro policía contó en la sala que en ese momento reaccionó instintivamente disparándole al pie. Ambos agentes dijeron que en aquel momento temieron por sus vidas y señalaron al tribunal que ambos resultaron lesionados como consecuencia del forcejeo.