Resulta difícil contar la historia política de España de los últimos treinta años sin mencionar a Pepe Blanco, aunque en los últimos tiempos estuvo fuera del radar ejerciendo como eurodiputado en Bruselas. Eso sí, los focos volvieron apuntar hacia él con su comparecencia en la comisión de investigación del Alvia, en tanto que era ministro de Fomento cuando se inauguró la línea.
Blanco fue un hombre de partido: el PSOE, especialmente desde que encumbró a Zapatero y hasta la llegada de Pedro Sánchez, no se entiende sin él, y también desempeñó innumerables cargos institucionales: desde concejal en Palas de Rei hasta portavoz del Gobierno.
En ese cargo sustituyó a Alfredo Pérez Rubalcaba tras su proclamación como candidato socialista a la presidencia del Gobierno en 2011. Blanco estuvo siempre muy ligado a José Luis Rodríguez Zapatero desde que éste asumió el liderazgo de PSOE en el año 2000. Y el expresidente del Gobierno siempre le agradeció su fidelidad. Lo puso al frente de la cartera de Fomento en 2009 y como vicesecretario general del PSOE desde 2008.
Blanco nació el 6 de febrero de 1962 en Palas de Rei (Lugo). Tras estudiar Bachillerato en Lugo, inició estudios de Derecho en la Uned, que abandonó para dedicarse a la política, ingresando en el PSOE en 1978.
Su carrera en el partido empezó con su elección como secretario general de la Juventudes Socialistas de Galicia, secretario general del PSdeG-PSOE de Lugo y miembro del comité nacional gallego. Tras ser elegido en 1989 senador socialista por Lugo y concejal en los comicios municipales de 1991, en Palas de Rei, fue designado portavoz del Grupo Socialista.
Fue elegido diputado por primera vez en el Congreso tras las elecciones generales de 1996, y revalidó ese cargo en las legislativas de marzo de 2000. En 2000 ingresó en la ejecutiva liderada por José Luis Rodríguez Zapatero, como secretario de Organización y Acción Electoral en el 35 congreso federal.
En los años siguientes, intervino indirectamente en los dos grandes acuerdos suscritos con el PP, sobre terrorismo y Justicia, y participó en el infructuoso sobre inmigración.
REORGANIZACIÓN DEL PSOE. Además, tomó un papel activo en la reorganización del partido, en especial en el procedimiento de primarias, el régimen de incompatibilidades y la limitación de mandatos, materializados en la conferencia política de 2001.
Blanco renovó su acta de diputado en las generales de marzo de 2004, ganadas por su partido, que estuvieron marcadas por los atentados de Madrid del 11-M y una tensa jornada de reflexión, en la que el PP acusó al PSOE de promover concentraciones ciudadanas ante sus sedes.
Cuatro meses después de que Zapatero se instalara en La Moncloa, en el 36 Congreso Federal del PSOE de julio, Blanco asumió la secretaría de Organización y Coordinación.
En las generales del 9 de marzo de 2008, que ganó el PSOE, resultó reelegido diputado. Ese mismo año, en el 37 congreso federal celebrado de julio, fue designado vicesecretario general del PSOE y portavoz, tras recuperar la comisión ejecutiva la figura del vicesecretario general, que había ocupado Alfonso Guerra. Como vicesecretario, Blanco acordó con el PSC, el traspaso de Cercanías en Cataluña o la apertura de la nueva terminal del aeropuerto de El Prat.
El 7 de abril de 2009, fue nombrado ministro de Fomento, en sustitución de Magdalena Álvarez, tras la remodelación del Gobierno. Desde entonces, Blanco se comprometió con los proyectos del Ave en País Vasco, Pamplona, Zaragoza, Asturias, Cantabria, Valencia y Galicia; aceleró los planes de Cercanías de Madrid y Cataluña; congeló las tasas de los aeropuertos y puso en marcha el Plan E.
Tras aprobarse el Plan de Estabilidad, anunció la reducción de inversiones por la crisis y que, en cierto modo, marcó la política de su ministerio desde entonces.
El 20 de octubre de 2010, asumió también las competencias del Ministerio de Vivienda, convertido en secretaría de Estado, tras otra remodelación del Gobierno. Como responsable de Vivienda, apostó por la rehabilitación, por dar salida al excedente de vivienda y ajustar su precio.
Se especuló con su nombre como relevo del presidente Zapatero una vez que éste anunció el 20 de diciembre de 2010 que no se presentaría a la reelección. Hasta la designación del candidato, en marzo fue nombrado responsable de la campaña del partido de cara a las elecciones municipales y autonómicas del 22 de mayo, en las que el PSOE sufrió un duro revés.
