''La sombra de Manuel Fraga no me pesa, en absoluto''

Pedro Puy Fraga (AGN)
photo_camera Pedro Puy Fraga (AGN)

Pedro Puy Fraga es más que su segundo apellido. Lejos de dejarse seducir por el atractivo de quienes lo presentan como 'el sobrino de don Manuel', Puy se queda en la cocina probando mezclas para hallar la receta contra la crisis. No hay una mágica, dice, pero sí ingredientes que, bien servidos en plato frío, ayudan.

Ahora salta a la primera fila, porque se ''lo ha pedido el partido'', para presentar su plato estrella dentro de la carta económica del PP: austeridad en la elaboración, pero materias primas de calidad. Sin hablar de 'pluses de resistencia' del menú. A Puy no le gusta la 'estrategia del calamar': lo de echar tinta y hablar de algo que no existe como si existiera dice que no va con él.

Pregunta:
Lleva muchos años en la 'trastienda' del partido. ¿Por qué este salto ahora a la primera línea de la política?

Respuesta:
En la trastienda pero también he estado en otros puestos, he estado en el Consejo de Administración de la CRVG, en la Dirección General de Relaciones Institucionales...

P: Quizá puestos menos electorales...

R: Lo que sí es cierto es que es la primera vez que me presento a unas elecciones, y lo he hecho básicamente porque me lo ha pedido el partido.

P: Su tío, Manuel Fraga, ¿influyó algo en esta incorporación?

R: En absoluto.

P:
¿Le pesa algo su sombra?

R: En absoluto.

¿Apocalipsis en economía?
P:
¿Tan mal va la economía para que los profesores tenga que colgar la toga universitaria y ponerse manos a la obra?

R: Para arreglar la economía se tiene que poner manos a la obra todo el mundo. Empresarios, banqueros, trabajadores, profesionales... Todo el mundo.

P: ¿Coincide con ese discurso que dice que la causa de la crisis es haber dejado la economía en manos de la especulación en lugar de en las de los expertos?

R: No creo que sea ese el problema. Hay dos problemas: los factores externo de la crisis y los internos. En el caso de los externos, la causa ha sido el fallo estrepitoso, o más bien la ausencia, de controles adecuados en los mercados financieros de algunos países.

Pero también hay otros factores que tienen que ver con la situación económica española y con la falta de previsión de los gobiernos, tanto el autonómico como el estatal.

En algunas circunstancias, por ejemplo la bajada de los tipos de interés, el Gobierno no podía hacer nada. Pero en otras sí, como determinadas ayudas a la compra de vivienda que se dieron sin tener en cuenta los niveles de renta, y que propiciaron la burbuja inmobiliaria.

Todo eso ha hecho que la crisis a nivel global aquí sea peor. No es un problema de especuladores, porque hay gente que quiere hacer negocio a costa de los demás siempre, en todos los mercados. El problema es la capacidad para descubrilos, y en el caso español la falta de previsión.

Intervención y protección

P: ¿El capitalismo está acabado o hay forma de remendarlo? En una ocasión reconoció que los liberales más 'smithianos' reconocían que el sistema generaba desigualdades.

R: El sistema de mercado, como todos los sistemas económicos y políticos, tiene imperfecciones. No hay ningún sistema perfecto, ni ninguna sociedad ha logrado organizarse para vivir en paz y abundacia de bienes para todo el mundo. Esto no existe, es una utopía.

Ahora, dentro del mundo en el que vivimos, el sistema de mercado es probablemente el menos malo de todos, y por ellos es perfectamente perfeccionable.

El mercado también falla, lo sabemos y reconocemos todos, es la doctrina económica básica. El problema es que el Estado no es la solución siempre, hay veces que la intervención puede resultar más dañina que el propio resultado que genera el mercado.

Y cuando hay que intervenir, hay muchas formas de hacerlo. Lo estamos viendo ahora, con la crisis, que el Gobierno está haciendo una serie de medidas cuyos resultados se ve que no son los correctos, y por eso nosotros queremos que cambie la política económica.

Pero dudo mucho que podamos encontrarnos en ningún sitio, salvo que vayamos a una Universidad americana y encontremos a un defensor del anarcocapitalismo, con alguien que le diga que el capitalismo es perfecto.

P: Hace unas semanas su compañero Pedro Arias tachó de 'poco inteligente' la recomendación del ministro de Industria, Miguel Sebastián, de consumir productos españoles. ¿Qué opina al respecto?

R: Creo que lo que quiso decir mi amigo y compañero Pedro Arias es algo con lo que estamos de acuerdo el 90% de la profesión económica, y es que el proteccionismo es contraproducente.

En el momento en el que dejemos de consumir productos de otros países, los otros países dejarán de consumir los del nuestro. Y esto lleva a un empobrecimiento general para nuestro país.

A mí lo que me gustaría sería que nuestros productos se vendiesen en España y fuera de España, en Galicia y en el resto del mundo; pero no porque yo prohibiera la venta de otros productos, sino porque los nuestros se distinguieran por su calidad.

Si queremos tener una economía eficiente y que mantenga el Estado de Bienestar la única salida es ser mejores. No protegiendo nuestra economía sino al contrario, abriéndonos al mercado y compitiendo.

La Historia económica, tanto de España como de Galicia, lo que confirma es que, cuando la economía se abre y es competitiva genera mucho más bienestar; y cuando se cierra y es autárquica, lo que se genera es mucha pobreza y mucho malestar, aunque falsamente a corto plazo pensemos que es bueno.

P:
Desde un punto de vista más de experto económico que de 'político', ¿qué receta propone para salir de la crisis?

R:  No hay grandes recetas mágicas y el que dice que las hay está haciendo un flaco favor a la verdad. Nosotros creemos que hay que tener las ideas claras con respecto a cuáles son las características de esta crisis, porque si uno ni la ve venir ni sabe en qué consiste, se pone a dar palos de ciego o a intentar taponar agujeros cuando lo que hay son boquetes.

Primero, el sector público tiene que hacer un gan esfuerzo de austeridad, recortar todo el gasto superfluo. Segundo, los esfuerzos inversores que se hagan no tienen que significar un resultado a corto plazo. Pagar durante 3 meses la limpieza de cunetas es una solución a muy corto plazo que resuelve un problema personal. Esto es bueno, pero dentro de cuatro meses las cunetas van a estar igual.

En cambio, si hacemos inversiones bien pensadas que fomenten el desarrollo económico del futuro, no sólo conseguiremos el efecto de impulso de la economía, sino que estarems sentando las bases de su crecimiento a largo plazo.

Es la receta que nosotros queremos aplicar, un plan estratégico que el Gobierno aplique unitariamente, no como ahora que cada sector del Gobierno aplica una receta distinta y que no tienen coordinación entre sí.

Más recaudación, ¿más riqueza?
P:
En alguna ocasión ha defendido la necesidad de un federalismo fiscal para el estado español. ¿Qué opinión le merece la propuesta del nuevo modelo de financiación autonómica?

R:
No puedo tener una opinión de ella porque nadie la conoce, el Gobierno sólo ha dado unas líneas generales. Pero de entrada hay un conjunto de variables muy complejo, no se está avanzando en la simplificación del sistema de forma que los ciudadanos sepan cuando pagan un impuesto a quién se lo pagan y quién lo administra.

P: ¿Más capacidad de recaudación dará a Galicia más riqueza?

R: Es muy relativo. Actualmente los ingresos de Galicia tienen dos procedencias. Una es la de los propios tributos o los que el Estado le ha cedido; otra son las transferencias que hace el Estado, que tienen que ver con la financiación de las competencias que la Xunta ha asumido y que tienen un componente redistributivo, y que en Galicia es importante.

Si subimos la capacidad de recaudación, esto significa una disminución proporcional en las transferencias. El efecto es neutro, si bien es cierto que la autonomía fiscal permite potenciar ciertos aspectos de la economía local interesantes.

Si se aumenta la capacidad de recaudación de todas las Comunidades Autónomas hasta llegar a un punto en el que el Estado central no pueda llevar a cabo políticas de solidaridad, se puede dar el efecto de que el aumento de la capacidad fiscal acabe por disminuir los recursos de la hacienda pública autonómica.

Esta pregunta no se puede responder con un sí o con un no, porque depende no sólo de nuestra capacidad, sino de la capacidad del Estado y de la propoción de ingresos que tengamos por una u otra fuente.

Las partidas para garantizar la solidaridad y que todos los ciudadanos de España reciben un mínimo igual de servicios públicos están aún por cerrar en el nuevo modelo de financiación autonómica. Por eso no podemos pronunciarnos sobre él.

La 'estrategia del calamar': el plus de resistencia que no existe

P: El 'plus de resistencia' de la economía gallega. ¿Era una realidad o fue una cortina de humo?

R: Siempre he pensado que era mera propaganda. Si nos basamos en los hechos es verdad que Galicia puede tener alguna cosa que parezca que aquí la crisis se atenúe, pero son cosas tales como el mayor número de pensionistas o de funcionarios, en proporción a otras economías.

Lógicamente los pensionistas van a seguir recibiendo sus pensiones y los funcionarios sus salarios, y esto nos da un cierto 'plus de resistencia'. Pero eso no qiere decir que tengamos una economía más abierta y más competitiva.

Tenemos además vulnerabilidades propias. Nuestra economía basa su capacidad de exportación en tres sectores muy específicos, al automoción, el textil y el turismo. Estos tres sectores son muy sensibles a la crisis, como se ve en el caso de Citroën, como se puede producir en el caso de la moda y como se vio el verano pasado en el turismo.

Objetivamente hablar de 'plus de resistencia' es muy arriesgado. Esto no es que lo diga yo, sino que lo dicen muchos expertos que han estudiado la estructura de la economía gallega.

De ahí que haya que reforzar los sectores estratégicos, y esto no se ha hecho. Se puede pensar o que no se vio venir la crisis o no se pudo ver venir, lo cual implica un poco de incapacidad para dirigir la economía gallega. O lo que es peor, que se echó una cortina de humo o se hizo la 'estrategia del calamar': hablar de algo que en realidad, técnicamente, no existe.

P:
¿Por cuál de esas dos opciones se decanta: no se vio venir o se ocultó?

R:
No me gusta hacer demasiados cruces de intenciones, pero en cualquier caso ninguna de ellas deja en buen lugar al Gobierno. Si no lo vio venir, no es bueno; si lo vio venir y lo ocultó, tampoco es bueno. Es indiferente, no hago juicios de intenciones sobre el comportamiento de los demás.

Lo que sí sé es que como mínimo se puede decir que se equivocaron; y como máximo que lo vieron, engañaron y lo ocultaron.

Un fallo imperdonable en política
P: Pedro Arias, Luis Carrera y usted partían como los 'hombres económicos' del equipo de Nuñez Feijoo. ¿Cómo le afectó la sustitución de Carrera?

R: A mí personalmente me sorprendió. El señor Carrera cometió un error que es imperdonable en política. Esto debe quedar muy claro: pagar los impuestos es un deber legal y moral exigible a todos los ciudadanos, pero mucho más a quiene pretenden ejercitar un puesto público.

El señor Carrera cometió un error, él lo ha reconocido y lo ha arreglado. Y por cierto ha arreglado esta falta por iniciativa propia, y no porque ninguna inspección de Hacienda la hubiera detectado. Creo que su comportamiento ha sido políticamente exquisito.

Hay una persona que ha cometido un error y yo lo lamento, pero no es disculpable. Es intolerable que una persona que ostenta un cargo público no contribuya en la medida en lo que la ley lo marca a financiar lo público.

Pero el partido ya ha solventado ese error, cosa que no se puede decir de todos los errores que se dan en la política gallega, donde hay muchas personas que no cumplen con sus obligaciones.

No a la 'banca política'
P:
Una de las propuestas del BNG para superar la crisis es la creación de un Instituto de Crédito Oficial gallego. ¿Es una solución?

R:
Es una medida tremendamente equivocada. La banca pública tiene un problema general, y es que está sometida a las decisiones de los políticos de turno. Esto implica un riesgo enorme porque quien estaría detrás de este banco público, cubriendo posibles decisiones erróneas tomadas por estos políticos, seríamos todos.

Eso implica meter en un riesgo totalmente innecesario al Tesoro de Galicia. Además es una operación técnicamente muy complicada, teniendo en cuenta que los bancos están tendiedo a la fusión porque las dimensiones de los mercados financieros exigen entidades económicas fuertes.En todo caso un banco público europeo sería un 'banquito' en el contexto europeo, con muy poca capacidad de acción.

Y tenemos instituciones que hacen prácticamente todo lo que ese banco podría hacer, peor en donde el riesgo es analizado y asumido en parte por las entidades financieras; esto son los instrumentos como el Igape o XesGalicia.

Estos instrumentos hay que reformarlos. Toda la política de fomento y ayudas a la empresa en la Xunta hay que concentrarla, es absurdo que Industria dé unas ayudas de forma descoordinada con Economía. No puede ser que no haya una ventanilla única para el fomento de la empresa y de los emprendedores.

Al Bloque lo que le gusta es el intervencionismo. Quiere intervenir en las cajas, tener un banco público para dar créditos por razones que no iban a ser ni profesionales ni técnicas ni de viabilidad económica. Y esto es muy ineficiente desde el punto de vista económico, muy injusto desde el punto de vista social, e incluso peligroso desde el punto de vista financiero.

Calendario del rebote económico
P:
No prometa milagros. Si gobierna el PP, ¿dónde está el fin de la crisis?

R: En estos momentos lo que nos dicen los expertos es que la salida de la crisis se puede producir de dos formas. Una es la convencional, que conocemos por la experiencia de 1993, y que es lo que los economistas llamamos de 'curva en forma de U': como una pelota que cuando toca fondo rebota y la economía vuelve a subir.

Si esto se produce dentro de un año, año y pico, podríamos empezar a estar en la fase del rebote, alcista. Lor organismos internacionales hablan de, como mínimo, el 2010.

El riesgo es que si no hacemos bien las cosas durante la etapa de crisis, si no aprovechamos la crisis para hacer de la necesidad virtud y no somos capaces de prepararnos para el medio y largo plazo; el riesgo es que no salgamos de la crisis como una pelota que rebota y empieza a subir después de chocar en el suelo, sino que podamos rodar por el suelo, entrar en una etapa de estancamiento económico, de crecimiento cero o incluso negativo.

Es necesario cambiar las políticas económicas, no se pueden hacer predicciones si no se saben cuáles se van a aplicar. Yo deseo que se apliquen las políticas económicas del Partido Popular porque creo que son las mejores para que la salida de crisis sea un salida con más fuerza y no un detenimiento y un 'quedarnos en el estancamiento' durante años.

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