Los once tripulantes del pesquero hundido en el Gran Sol ya están en tierra

El Piedras se hundió tras horas a la deriva y escorado a raíz de sufrir una vía de agua ►El patrón y el jefe de máquinas fueron los últimos en abandonar el barco

 

Imagen del buque Piedras. VESSEL FINDER
photo_camera Imagen del buque Piedras. VESSEL FINDER

El pesquero Piedras, de bandera inglesa y puerto base en Marín, se ha hundido finalmente en aguas del Gran Sol tras estar durante horas a la deriva y escorado a raíz de sufrir una vía de agua. El barco partió el pasado 16 de mayo de la localidad marinense con 11 tripulantes, siete de ellos españoles —mayoritariamente gallegos—, dos marroquíes y dos ghaneses, que afortunadamente han sido rescatados en buen estado.  Sobre las 22.00 horas llegaron a Castletownbere, en el condado de Cork.

Según informa Salvamento Marítimo, a las 16.25 horas se ha confirmado el hundimiento del buque, del grupo Noray Pesca, cuatro horas después de que emitiese una llamada de socorro. La alarma saltó a las 10.16 horas y en el Puerto de Marín se vivieron momentos iniciales de incertidumbre al no tener noticias del estado en el que se encontraban las personas a bordo, hasta que tuvieron la confirmación de que todos estaban sanos y salvos. El miedo a una nueva tragedia como la de Villa de Pitanxo, en la que fallecieron 21 personas en Terranova hace poco más de tres meses, estuvo muy presente.

Fue el pesquero Armaven Uno, que se encontraba próximo al buque accidentado en el momento en el que se produjo la avería y quedó a la deriva, el que auxilió a los marineros en apuros. Se trata también de un buque de bandera británica y asociado a la Cooperativa de Armadores de Vigo que estaba faenando en el caladero británico. 

Según ha indicado la asociación de armadores de Marín, en un principio se rescató a nueve tripulantes y sobre el barco quedaron el patrón, Jorge Otero, y el jefe de máquinas, el marinense José Antonio Farto, para intentar tapar la vía. Pero el Piedras estaba tan escorado que, ante la peligrosidad y la dificultad de achicar el agua, fueron también evacuados.

El Piedras se mantuvo durante horas a la deriva a 64 millas suroeste de Cabo Mizen, en Irlanda, aunque con fuego a bordo y una fuerte escora de babor. Aunque tardó en hundirse del todo, había perdido el motor y se encontraba en llamas, con lo que muy pronto se supo que el naufragio era irremediable. 

Entre los tripulantes hay al menos dos marinenses, Ángel Landín Muradas, patrón de costa de 67 años, y José Antonio Farto García, de 48. Este último es el jefe de máquinas, que se quedó hasta el último momento a bordo del Piedras. Además, los marineros Jo Baidou y Ebenezer Nii Agyei Tawiah también serían vecinos de la localidad morracense.

Desde Noray Pesca, la sociedad cooperativa San Miguel de Mar de Marín, confirmaron a este diario que el Armavén Uno llevará a los 11 tripulantes rescatados al puerto más próximo, en Irlanda. Sobre las causas del siniestro, apuntaron a la vía de agua como la más probable, pero indicaron que no se sabrá al 100% lo ocurrido hasta poder hablar con el patrón. Además, se ha podido recuperar la radiobaliza.

En cualquier caso, hicieron hincapié en que lo importante ahora son las vidas humanas, el hecho de que todos estén a salvo, ya que llegaron a temer lo peor cuando recibieron el aviso de lo ocurrido. 

El operativo de rescate está siendo coordinado por los centros de salvamento MRCC Falmouth (Reino Unido) y MRCC Valentia (Irlanda), con seguimiento desde el Centro Nacional de Coordinación de Salvamento Marítimo, que recibió la llamada de socorro del Piedras a las 10.16 horas de este miércoles. Construido en 1976, su último puerto antes del hundimiento fue el de Castletownbere, en Irlanda, del que zarpó el pasado domingo.

Este nuevo accidente marítimo se produce 100 días después de que el Villa de Pitanxo naufragase —durante la madrugada del 15 de febrero— en aguas canadienses con 24 marineros a bordo, de los que únicamente sobrevivieron tres. María José de Pazo, la portavoz de las familias, expresó su inmensa alegría por que en esta ocasión no haya habido fallecidos y toda la tripulación del buque Piedras se haya salvado.

"Me alegro muchísimo, porque cuando me han dado la noticia de que otro buque se había hundido me tuve que sentar, porque me vino todo lo que estamos pasando 21 familias y no le deseamos a ninguna", explicó, antes de enviarle un abrazo a los tripulantes, sus familias y los armadores. "Ahora se tendrán que explicar muchas cosas, pero lo importante son las vidas", recalcó, y destacó que el comportamiento del patrón en el abandono del buque "parece ser que ha sido bueno". "Hoy fue un susto, pero hay que bajar al barco [al Villa de Pitanxo] para saber la causa del naufragio, llegar a conclusiones y que sirva para prevenir, para que no vuelva a pasar nunca más", enfatizó.

Se da la circunstancia de que Samuel Kwesi, uno de los tres supervivientes del naufragio del Pitanxo, fue tripulante hasta hace unos meses del Piedras.

RUMBO A TIERRA.  Los once tripulantes del Piedras ya navegan rumbo a tierra a bordo del Armaven Uno,  según ha confirmado el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, que afirma que el Gobierno gallego está en "contacto permanente" con la casa armadora del barco, el grupo Noray Pesca, y con la alcaldesa de Marín, María Ramallo, en donde el pesquero tiene su base. "Lo más importante es que todos los tripulantes están bien porque eso nos tranquiliza a todos", subrayó.

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