La nueva normativa de purines puede acabar con la mitad de las pequeñas granjas gallegas

"El cumplimiento de la normativa es inviable en muchos casos", señala el presidente de Agromuralla
Roberto López al frente de una manifestación por el sector lácteo celebrada en Lugo. XESÚS PONTE
photo_camera Roberto López, presidente de Agromuralla, en una manifestación por el sector lácteo celebrada en Lugo. XESÚS PONTE

La asociación de ganaderos Agromuralla, que agrupa a productores de leche de las provincias de Lugo y A Coruña, ha solicitado una “revisión” de la nueva normativa que regulará la gestión de los purines en las explotaciones, porque de lo contrario podría “llevar al cierre al 50% de las pequeñas explogataciones”.

El presidente de Agromuralla, Roberto López, afirma que el nuevo decreto sobre fertilización que quiere aprobar el Gobierno central supone “un jarro de agua fría” para el sector agroganadero gallego y alerta de las nefastas consecuencias que puede tener para las explotaciones, tanto de leche como de canre.

“Si el Real Decreto se lleva a cabo el día 1 de enero tal y como está redactado a día de hoy, si no se aceptan las alegaciones que hay presentadas, casi podemos asegurar que un 50% de las pequeñas explotaciones de Galicia cerrarán, porque el cumplimiento de la normativa es inviable en muchos casos”, añadió Roberto López.

Según su criterio, la aplicación de las normas que contempla la nueva normativa es “imposible” en Galicia “por la orografía”, pero también porque “será económicamente inasumible para las pequeñas explotaciones”, que tendrían que realizar un gasto muy elevado “para adaptar sus equipos a los nuevos sistemas de aplicación del purín”.

Según sus cálculos, obligaría a “adaptar o sustituir más de 20.000 cisternas que hay actualmente en Galicia”, lo que “castigaría a las 7.000 explotaciones que están produciendo leche” en la Comunidad Autónoma.

De hecho, cifra los costes de esta nueva normativa entre “9.000 y 120.000 euros” de inversión por explotación.

Por ello, este colectivo pide una revisión de la normativa, “porque no se puede tratar por igual a las granjas de vacuno de leche, que hacen uso del purín como abono”, que a las explotaciones de “porcino, por ejemplo”, que generan muchísimos residuos y no tienen “donde echarlo, porque carecen de superficie agraria”.

Asimismo, piden un plan de “ayudas directas” para que los ganaderos dispongan de liquidez con la que afrontar los nuevos gastos

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