Muxía reabre el santuario de la Virxe da Barca, calcinado a finales de 2013

Un incendio atribuido a un rayo devastó buena parte del templo. La restauración provocó la indignación de una parte de la población, no satisfecha con el resultado final
El sacerdote Manuel Liñeiro (i) ha oficiado la primera misa en el santuario de Muxía, tras su restauración
photo_camera El sacerdote Manuel Liñeiro (i) ha oficiado la primera misa en el santuario de Muxía, tras su restauración

El santuario da Virxe da Barca de Muxía, devastado por un incendio atribuido a un rayo en la Navidad de 2013, recuperó este domingo el culto tras una remodelación que ha congregado a cientos de feligreses y que ha generado indignación entre una población no del todo satisfecha con el resultado final.


Centenares de personas de esta localidad acudieron a mediodía a la celebración de una ceremonia eucarística oficiada por el párroco, Manuel Liñeiro, tras una controvertida recuperación del templo.

Entre niebla, llovizna y olor a humedad después de meses de permanecer los muros de esta basílica expuestos a todo tipo de inclemencias, la vecindad de esta zona portuaria acudió a ver la iglesia recuperada del fuego y las cenizas.

Esta construcción religiosa erigida en un terreno en el que hace nueve siglos ya había un templo cristiano, está construido a una veintena de metros del Atlántico y quedó parcialmente destruida, con el techo quemado y el altar calcinado, en un incendio que suscitó gran conmoción en Galicia.

Al inicio de la ceremonia, uno de los feligreses recordó que "han pasado 524 días desde que se celebró el último culto en esta iglesia", tras el incendio registrado en la madrugada del 25 de diciembre de 2013.

La coral polifónica y el calor de los cientos de feligreses contribuyeron a disipar ligeramente la humedad que contienen todavía los muros de la iglesia y los expertos consideran que serán necesarios aún un par de años para que puedan secarse.

El alcalde en funciones de Muxía, el socialista Félix Porto, indicó a Efe que la obra civil de restitución de la estructura de la iglesia ha sido completada, pero observó que entre la población prevalece una "sensación de indignación generalizada producto de la falta de diálogo" del Arzobispado de Santiago de Compostela y de los arquitectos que llevaron a cabo las tareas de recuperación.

"Se mezclan los sentimientos con un tema de operatividad de trabajo y de recuperación" del santuario de Nuestra Señora de la Barca, comentó el alcalde, después de que la gente de ese municipio denunciase las obras, de un coste de 760.000 euros, por considerar que no se ajustan a la belleza y a la ornamentación original.

Esta fase de los trabajos hechos ha consistido en poner un nuevo techo, reconstruir la sacristía, limpiar parte del mobiliario recuperado, levantar la pavimentación dañada y restaurar los retablos, ángeles y la tribuna.

Sin embargo, Porto advirtió de que hay "fallos" que deben ser reparados a corto plazo, y lo más "preocupante" es recuperar un retablo de estilo barroco del siglo XVIII atribuido al artista compostelano Miguel de Romay y dedicado a la Virgen de la Barca.

Numerosos feligreses han denunciado y protestado en las últimas semanas por las obras efectuadas, que consideran indignas para ese monumento religioso.

Así, algunos vecinos del santuario calificaron de vergonzosa la calidad de la madera y de los materiales utilizados, aunque los técnicos han tratado de persuadirles de que es algo provisional, hasta que sequen completamente los muros.

Numerosas personas han contribuido a la decoración del templo católico siguiendo las fotografías que conservaban de antes del incendio, aunque las grandes joyas, como el retablo, todavía están pendientes de ser instaladas.

El retablo, según el alcalde, permitiría "valorizar el santuario", que es uno de los reclamos turísticos de la Costa da Morte, una zona que resultó duramente castigada por el derramamiento de fuel del petrolero "Prestige" en noviembre de 2002.

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