El escenario es claro: carreteras convencionales, que por una parte son las más peligrosas y por otra las más utilizadas por los motoristas en sus rutas, ya que es sabido que la gran mayoría de los moteros tratan de evitar las autopistas y autovías para llevar sus máquinas por vías reviradas. En la anterior campaña se detectó su presencia en la PO-552, N-541, N-555, PO-250 y PO-400, según reportaron los usuarios la app SocialDrive,
Y las fechas elegidas para la campaña tampoco son casuales, ya que con la llegada del buen tiempo se dispara el número de vehículos de dos ruedas –también ciclistas– en las vías.
Así las cosas, este nuevo operativo gallego de la DGT con motos camufladas arrancó el pasado fin de semana, según dio cuenta este jueves el propio instituto armado. Es su tercera edición –la primera fue en 2020, en plena primavera de pandemia– y tiene pocas modificaciones respecto a los anteriores.
"El fin es poder detectar aquellas conductas más imprudentes con la finalidad de reducir la accidentalidad", informa Tráfico, a la vez que detalla que los agentes de paisano que montan en las motos "utilizaron chalecos reflectantes oficiales", por lo que sí resultaron parcialmente reconocibles.
El Subsector de Tráfico de Pontevedra subraya que "se continuará con este tipo de dispositivos, sobre todo los fines de semana en que la climatología permita o favorezca el incremento de desplazamientos en este tipo de vehículos".
EN HONDA Y BMW. Se desconoce qué monturas camufladas ruedan por Galicia. SocialDrive refirió en la anterior campaña una Honda ST 1300 negra y una BMW R1150 RT gris, ambas de gran cilindrada.