A Mezquita se desvincula del maltrato animal producido en una fiesta

Los promotores de una 'festa dos Reis' en el ayuntamiento ourensano de A Mezquita se han desvinculado de lo sucedido en la celebración del "Día del Gallo", una tradición en la que supuestamente varios vecinos cuelgan a los animales y los decapitan, para su posterior degustación en una comida de confraternidad. Más detalladamente, esta tradición, llevada a cabo por los vecinos de la localidad, consiste en atar a varios gallos de corral de una cuerda en medio de la calle, y una vez boca abajo, un joven, montado en un burro, les arranca la cabeza.

La polémica celebración, no exenta de controversia, remató este año con cuatro denuncias ante la Guardia Civil, por supuestos malos tratos a animales, los cuales posteriormente fueron degustados en el transcurso de un almuerzo al que solo pueden acudir hombres.

Preguntado al alcalde de la localidad, Rafael Pérez, sobre este tema, ha manifestado que "no tiene constancia" de que se celebre este acto, donde "en teoría los animales se mataban antes de colgarlos como algo simbólico", ha puntualizado.

En medio de la polémica, una persona de la localidad, que ha preferido preservar su anonimato, ha apuntado que este acto ya no se celebra como tal. Los vecinos ya no acuden a esta fiesta, por lo que ha atribuido lo ocurrido a un hecho aislado de "tres individuos" que, por su parte, sí "quieren seguir con la tradición".

La Festa de Reis, una antigua tradición que todavía pervive en las montañas del sudeste de la provincia de Ourense y en Zamora, está presidida por el rey y el virrey, cargos elegidos con un año de antelación. "Se trata de una fiesta local de cada pueblo", ha detallado el regidor, quien ha asegurado que de existir, "el BNG está en contra de cualquier tipo de maltrato".

Durante cinco días en el comienzo del año, los vecinos van a cantar a las casas y piden aguinaldos, además de celebrar comidas colectivas. Esta fiesta, que se perdió durante la década de los setenta, fue recuperada por un joven de la localidad en 1985 y desde entonces se vuelve celebra anualmente.

Mientras los vecinos defienden el carácter histórico de esta fiesta, asociaciones ecologistas y algún vecino cuestionan la esencia de esta tradición. De ser cierto que no han sido estos individuos "se trataría de un espectáculo ilegal", advierten desde la asociación animalista Libera, ya que según especifica la Ley 1/93 de Protección Animal de Galicia, está tajantemente prohibido cualquier evento de estas características, del que quedarían fuera los toros y el tiro al pichón.

"Sorprende como ante unos hechos descritos como maltrato animal puedan existir vecinos que justifican arrancarle la cabeza a un gallo atado a una cuerda como un elemento tradicional a mantener, sin importar ni el bienestar animal ni las responsabilidades que conlleva un acto de tales características", ha lamentado Rubén Pérez, portavoz del colectivo. Por este motivo, la asociación ha interpuesto denuncia ante la Dirección Xeral de Conservación da Natureza, para que se inicien las averiguaciones oportunas y se abra "un expediente sancionador" en el que se depuren responsabilidades por el incumplimiento de la normativa.

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