"Las medidas están funcionando: bajan de forma brusca los casos y la presión en la Uci"

Julio García Comesaña, conselleiro de Sanidade, afirma que ya se nota mejoría respecto a la situación dramática de días atrás 
El conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña. DAVID FREIRE
photo_camera Comesaña, este sábado, ante el Hospital Provincial de Pontevedra. DAVID FREIRE

Destaca el "comportamiento extraordinario" de los profesionales sanitarios y transmite un "mensaje de esperanza y confianza en las medidas" restrictivas para atajar la pandemia. "Hemos visto que funcionan -afirma el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña (Vigo, 1968). En un tiempo razonable seguramente podamos volver a hacer parte de lo que hacíamos antes, pero la solución será a largo plazo". 

Hace unos días que el área de Pontevedra vivió su peor momento desde el inicio de la pandemia, en cuanto a número de casos activos y de presión hospitalaria. ¿Cómo se llegó a esto?
Siempre actuamos vigilando la situación epidemiológica de toda Galicia. Después de un repunte importante en el mes de noviembre tomamos medidas muy duras. Pontevedra fue de las ciudades con más restricciones en ese periodo. Cuando la situación empezó a revertirse desde el punto de vista epidemiológico, no del calendario, no se abrieron las restricciones porque llegara la Navidad, sino porque después de un esfuerzo muy grande a principios de diciembre la situación había mejorado. Hablábamos de incidencias acumuladas de cien, era nuestro límite para bajar al nivel básico. Pontevedra nunca bajó de cien y se mantuvo en nivel medio-alto. De hecho, Pontevedra y Vigo incluso se mantuvieron por encima de 250, por eso tuvieron la hostelería cerrada en ese periodo. En ese contexto llegan las navidades. Podíamos esperar que iba a ser difícil que las navidades fueran totalmente estrictas, pero pensábamos que serían bastante diferentes a las anteriores. Al final ni fueron como las anteriores ni todo lo estrictas que tendrían que haber sido. En ese intervalo hubo una interacción social muy grande y eso ha provocado la situación actual. Seguramente también alguna de las cepas, fundamentalmente la británica, ha podido influir, pero es verdad que el mayor causante de esta situación que vivimos ahora ha sido la interacción de las Navidades. No lo perseguimos, no procede, pero muchos positivos que tenemos, familias enteras, admiten que hubo celebraciones navideñas.

No fueron todo lo estrictas que tendrían que haber sido; hubo una interacción muy grande que provocó la situación actual

¿Ese efecto de navidad puede ser similar al del efecto de las cepas que viviremos a partir de ahora?
Cepas siempre las hubo. La particularidad de la británica es que es fácil de ver, detectando un gen específico en la muestra, pero no en la mayor parte de los equipos del Sergas, y además es un proceso laborioso. Tenemos estimaciones de su prevalencia, desde un 3% a un 10% en España. Lo que se ha visto en otros países es el crecimiento de esa proporción, por lo que pudiera ser que en ocho o diez semanas estuviéramos en el rango de 50% de cepa británica. En ese contexto, ante la supuesta mayor transmisión de esta cepa, hay que estar más precavidos.

¿Hay solo un caso de cepa sudafricana detectado?
Sí, fue un caso ligado al mundo marino y contacto con Sudáfrica. Está controlado. Estamos tomando medias para que el puerto y el aeropuerto estén más protegidos. Se está trabajando en una red de alerta de secuenciación.

Con esta foto fija, ¿estamos más cerca de unas medidas aún más restrictivas o más cerca de su relajación, sobre todo pensando en las actividades económicas?
Estamos en un momento de convivir con medidas que vayan adaptándose a la situación epidemiológica. Galicia, desde julio, ha medido en un continuo de medidas y adaptación. Nos vamos a acostumbrar, cada vez más, a que en función de la situación epidemiológica tengamos medidas generales, puntuales, quirúrgicas, sistemáticas… Esto será durante un tiempo, mientras no alcancemos esa inmunidad. ¿La foto de hoy? Con los datos que vamos viendo, creo que las medidas están dando el resultado esperado: bajar de forma brusca la cifra de positivos y bajar la presión en la Uci y en las plantas. Este es ahora el objetivo número uno. Cuando se consiga iremos viendo. Ahora no cuenta la perspectiva geográfica, pero con el tiempo habrá medidas transversales y puntuales. Seguimos avanzando en la detección precoz. Hemos dado un salto importantísimo con los cribados estos días. Los test de antígenos en los centros de salud son muy importantes también para detectar rápido el asintomático y aislar rápido a sus contactos. También se avanzó en la detección de PCR en las aguas residuales que nos permite anticiparnos, los test de saliva en farmacias… Son muchas herramientas para tratar de detener la situación mientras no llega esa inmunidad.

Este sábado los casos activos en el Área de Pontevedra-O Salnés bajaron por segundo día consecutivo tras el continuo ascenso desde Reyes. ¿Es una buena señal o un espejismo?
Es lo que esperábamos con las medidas tan duras que se adoptaron. Utilizamos el modelo Carballiño, limitar la movilidad solo a lo esencial. El descenso del número de contagios que empieza a verse ya en las plantas y en la Uci.

Con lo visto en otros países en unas semanas podríamos estar en un 50%; hay que estar más precavidos

¿Está preparado Montecelo para soportar una presión asistencial superior a la del pico máximo de hace días? ¿Continúan los traslados de pacientes graves a Vigo?
Los hospitales tienen un plan de contingencia con varias fases, sobre todo en las unidades de críticos. Pontevedra está en fase 3, es decir, ocupando los despertares de los quirófanos, tras completar la Uci y la Rea. Entonces no se opera prácticamente nada. En la 4 se iría a los quirófanos. Aunque Pontevedra llegó a un nivel muy alto, hay capacidad de aumentar, a costa, evidentemente, de otros dispositivos, los críticos quirúrgicos. Se han hecho alternativas, como operar pacientes en otras estructuras, como el Hospital do Salnés, y otra opción es el traslado, en ese concepto de Uci única o planta única. De Pontevedra a Vigo se han trasladado doce pacientes para dar la mejor asistencia. Cuanto menos se afecte a otra actividad, mejor. Hay que anticiparse, pues ya se sabe el porcentaje de pacientes que pasarán de planta a Uci.

Aunque los datos muestren que la curva puede estar bajando, la mortalidad sigue subiendo.
La mortalidad está subiendo porque la curva de críticos lleva aparejada una mortalidad alta, sobre todo en planta, pero no está siendo mayor que otras veces. Hay un efecto destacado, las residencias. Si esto nos pasa antes de diciembre tendríamos muchos más fallecidos en ellas, donde están bajando los contagios y la mortalidad. La primera dosis de la vacuna ya se notó muchísimo. Según el estudio MoMo, del Instituto Carlos III, todas las comunidades han tenido más excesos de mortalidad de lo esperado y Galicia solo uno, el de abril. Desde entonces, y eso que por desgracia ha muerto mucha gente, entra dentro de lo que el Carlos III considera lo esperado. ¿Cuánta gente muere en un hospital cada día? ¿Y ahora? No mucha más.

¿Se continuará con este ritmo de cribados? ¿Hay alguno previsto en Pontevedra aparte del de las farmacias?
El de las farmacias se añade ahora, que solo tiene el coste material, el de la voluntad de los pacientes y, por supuesto, el coste de la colaboración de los farmacéuticos, a los que agradezco ese esfuerzo de poner esa red tan capilar a disposición del Sergas. Es un añadido. Seguiremos haciendo los test de saliva puntuales, los de PCR, los de antígeno masivo y los de antígeno en centros de salud. La semana pasada hicimos 24.000 pruebas diagnósticas en un solo día. Debemos ser la comunidad que más test está haciendo.

Seguimos avanzando en la detección precoz, con cribados, detección de PCR en aguas residuales...

En el comité clínico de pasado martes se dijo que Pontevedra, junto a Lugo, era una de las ciudades donde la incidencia no bajaba. ¿A qué se debe?
Es difícil de saber. Pontevedra tuvo un comportamiento bueno, probablemente porque en Navidad la hostelería estuvo abierta solo hasta las 18.00 horas. Eso hizo en que tardáramos más en aplicar mayores medidas restrictivas y que los contactos en Navidades de los asintomáticos siguieran. Desde el martes a hoy ya se nota mejoría.

¿Qué pasará el próximo día 17, cuando terminarían, a priori, las actuales restricciones?
Primero veremos los datos epidemiológicos. Tenemos un documento que recoge qué hacer en cada caso. Si los datos del 17 permiten reducir algunas restricciones en alguna área se podrá hacer y, si no, habrá que mantenerlas.

¿Funcionan las sanciones?
Buena pregunta. Es difícil medirlo. Desde luego se están proponiendo e instruyendo muchas más sanciones que antes. Esperemos que eso también ayude. 
 

"Las instalaciones de Pontevedra no ayudan a evitar los brotes" 
 

¿Cómo valora las quejas del personal sanitario por la organización en el área?
Esto [la covid] es algo nuevo. El abordaje de los brotes hospitalarios ha sido quizás de los puntos de más tensión. Donde hay instalaciones con espacios y capacidad de crecimiento, los problemas han sido menores, aunque curiosamente hubiera más brotes. Las estructuras arquitectónicas ayudan y las de Pontevedra, como el caso del brote de Urgencias o el de Oncología, no han favorecido poder tener una garantía de que estos brotes no aparecieran. Y su gestión es complicada. Me consta que ha habido dificultades en Pontevedra, aunque todo el mundo ha puesto la mejor intención: el servicio de Medicina Preventiva, la propia Gerencia, los trabajadores… y no siempre las cosas han ido de la mejor manera posible. Sobre eso hay que aprender. El rol de Medicina Preventiva es fundamental y a veces no es fácil cumplir sus decisiones. Aquí, entre que ocurrieron en el peor momento y la estructura no ayudaba ha generado un caldo de cultivo que ha dado esa sensación. A pesar de esas dificultades los profesionales siempre han tenido un gran comportamiento.

DAVID  Diario: entrevista co conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña. Poderíanse facer fotos dentro e fóra, quizais diante do Provincial, sábado, 6 feb · 11:00–11:00¿Se ha aprendido para que no se repita?
Creo que sí. Hay que destacar el papel de los profesionales y de los sindicatos, que colaboraron en que esa tensión no fuera a más. Y, por supuesto, el equipo directivo de la Gerencia, que hizo lo que tenía que hacer, intentar resolverlo de la mejor manera posible.

Casi un año después del inicio de la pandemia se siguen doblando turnos para cubrir bajas o descansos. ¿Continúa siendo el problema que no hay gente en las listas?
Desde entonces el Sergas se reforzó con 1.700 profesionales, fundamentalmente enfermería, y esa gente no se ha ido. Y en Pontevedra se contrataron 900 personas a mayores de la plantilla habitual. Son 200 más que en abril del año pasado, en el pico máximo de la pandemia. Además, cuando los residentes acabaron en mayo se quedaron trabajando, no solo los de medicina, también las matronas, las de enfermería… La política fue quedarnos con todos lo que podíamos. Si uno pide ayuda a la sanidad privada, no tiene personal. Se ha hecho un esfuerzo importante de incorporación de personal, pero en picos como los de la semana pasada, por encima del de abril, no siempre son suficientes. Y si, además, se convierte la UCE en una unidad de críticos necesitas contratar enfermeras para todos los turnos y que alguna tenga experiencia. Los profesionales han hecho dobles turnos, se han anulado permisos… Se ha hecho un esfuerzo muy grande que hay que agradecer. Sin ellos no se podría haber abordado esta situación. Las listas han estado siempre prácticamente a cero.

En Pontevedra se contrataron 900 personas a mayores de la plantilla habitual; hay que agradecer su esfuerzo

Hubo otro momento crítico, la vacunación. No parece muy razonable que se vacune antes a un informático que a un celador o una enfermera. ¿Qué pasó?
Sobre el documento del Ministerio decidimos qué era de primera línea del total de la plantilla de profesionales, 40.000, pues teníamos dosis para vacunar a 20.000. Usamos el criterio de unidades. Elegimos a todo aquel que está detrás de una puerta que pone unidad covid no pasar. El que cruza esa puerta regularmente es primera línea. No es una puerta para médicos o enfermeras, también lo es para la pinche de cocina que lleva la comida al paciente covid, la auxiliar de limpieza, el administrativo que hace los informes en esa unidad… Entraban todas las categorías de esa unidad, en las plantas donde están los pacientes diagnosticados con covid. Lo único que no tenía sentido era vacunar a los informáticos. Fue un error en los listados, que explicamos, y pedimos disculpas. Vacunamos plantas y urgencias, no así quirófanos, que no son primera línea de covid. Si hubiéramos tenidos las 40.000 vacunas no habría ese problema. Hemos incluido también los hospitales privados para vacunar a los profesionales de primera línea.

¿Qué ocurre con los celadores? ¿No están en primera línea?
Cuando las unidades están acotadas es muy fácil. En este caso es más complicado. En Pontevedra no están asignados directamente a urgencias. Seguramente no se vacunaron por eso, por ir por unidades. En todo caso tenemos un listado de gente para vacunar de forma inmediata y a continuación el resto. Estamos completando la segunda dosis de los primeros y a partir del martes se vacunarán todos los demás.

¿Se ha aprendido también, en este sentido?
Una vez que están las vacunas preparadas, si no se ponen a alguien no se pueden usar. Seguramente en algún momento, antes de perderla, se le ponen a alguien que está en el hospital. En eso sí hay que ser mucho más estrictos y probablemente tengamos que citar a más personas por si alguien no viene. Destacaría también el papel de la enfermeras, que son voluntarias, y reforzamos el sistema con 200 en Primaria para sustituirlas. Se han formado en tiempo récord y ya se ha vacunado en todas las residencias, a usuarios y a todos los trabajadores, independientemente de su categoría.

Para una persona vacunada indebidamente, política, empresaria o informática, es partidario de no poder la segunda dosis como castigo?
En este contexto de falta de dosis no poner la segunda sería perder dos. Hay que poner la segunda. En las residencias hay 17.000 trabajadores y nadie ha cuestionado si son médicos, enfermeras, cocineros… Decidimos vacunar a todos los que van a estos centros porque el criterio es proteger a los residentes. Si alguien va con frecuencia o de forma permanente hay riesgo de que los contagie, por eso los inmunizamos a todos. Si alguien no va a la residencia de forma permanente y aprovecha eso para vacunarse evidentemente no está bien.

Completada la vacunación, tenemos que dar pasos con mucha prudencia aunque en teoría ya pueda haber visitas

Que sería el caso de Josefina Fernández, la consejera delegada para España de DomusVi.
Desconozco si va a la residencia, si no va… Si va, lo lógico es que se vacune. En las residencias hemos limitado las visitas y son con distancia, sin abrazos, porque teníamos clara la necesidad de protección. Si esta persona u otras van a las residencias y están allí y tienen riesgo de contagiar a otros estará bien vacunada. Si no va, evidentemente, no.

¿Qué va a pasar con las visitas a las residencias, una vez que transcurra una semana desde la aplicación segunda dosis? ¿Cómo será la vuelta a la normalidad?
Por eso queríamos tener una medida biológica objetiva para empezar a aplicar unos parámetros de normalidad razonables. Con la vacunación tampoco se evita el contagio, se tienen síntomas menos graves. Tenemos que analizarlo y dar los pasos con mucha prudencia. También se dudó si vacunar a residentes y trabajadores que habían sido positivos. Por prudencia se decidió hacerlo. Ahora igual, aunque en teoría ya se puedan visitar, vamos a ser prudentes. Si las medidas nos permiten ir abriendo, adaptando alguna cosa, por supuesto lo haremos.

¿En qué punto está ahora mismo el plan de vacunación?
Este mismo miércoles la ministra de Sanidad me confirmó que íbamos a recibir las vacunas para mayores de 80 años proporcionalmente. A Galicia llegarán a partir de marzo, para el grupo 5, son proporcionales al 8,2% de población de esa edad que tenemos. Calculamos empezar el 22 de febrero y terminar a principios de mayo con los mayores de 80.

¿Entrarán en medio otros segmentos de población?
Sí, en paralelo la vacuna AstraZeneca llegará a otros segmentos. Este lunes llegan las primeras 10.000, pero son para menores de 55 años. Tenemos que cerrar la propuesta con el Ministerio, se está hablando de bomberos, policías, los SAF, centros de día…

¿El verano? Depende de la cantidad de vacunas que lleguen a partir de abril

¿Qué plazo calcula la Xunta para que pueda haber una inmunidad que nos tranquilice y permita relajar medidas?
Creo que en abril vamos a tener muchísimas vacunas. Esta semana ya tendremos las 10.000 de AstraZeneca y a principios de marzo 40.000 de Pfizer, que ha puesto en marcha dos fábricas más en la Unión Europea. Creo que el segundo trimestre va a ser, por fin, de llegada importante. La estimación es difícil porque cada día va cambiando, aunque últimamente para bien.

El escenario de la Semana Santa es claramente de restricciones, ¿pero el verano…?
Dependerá de si vemos en ese segundo trimestre una eclosión de proveedores de vacunas y de criterios de reparto que nos permita avanzar mucho. Nosotros estamos preparados. Tenemos capacidad para aplicar 100.000 vacunas solo en una mañana y, si vinieran más, podríamos hacerlo también.

Los sindicatos sanitarios reiteran su demanda de dimisión o ceso del equipo directivo de la gerencia del área. ¿Se contempla este extremo de alguna forma?
Respetamos su trabajo y entendemos que quieren lo mejor para los trabajadores y la organización, igual que el equipo directivo, en el que tenemos toda la confianza. Las decisiones pueden salir bien o mal, pero el ánimo siempre ha sido de hacerlo lo mejor posible. Fundamentalmente han estado bien tomadas. 

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